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Reproducción de vídeos en Commodore C64

¿Alguna vez te preguntaste si un ordenador con las prestaciones de un Commodore C64 sería capaz de reproducir vídeo? Nosotros tampoco. Sin embargo, semejante hazaña es posible. Para lograrlo hace falta un dispositivo de almacenamiento con buena capacidad y lo suficientemente rápido, como el REU. Lanzado a la venta junto con el Commodore 128, este cacharro permite a un modestísimo C64 reproducir los vídeos que te mostramos a continuación.

Cuando hablamos de “demos”, esas presentaciones espectaculares que tanto nos sorprendían hace 15 o 20 años, o de ordenadores reproduciendo vídeos, en general pensamos en máquinas de la talla de un Commodore Amiga o un MSX2. Sin embargo, los más memoriosos recordarán que los programadores de la época eran capaces de generar extraordinarias imágenes incluso en los ordenadores hogareños más modestos. Pero algo que costaba mucho trabajo conseguir era la reproducción de vídeo.

No solo la resolución y cantidad de colores de los subsistemas de vídeo de esos ordenadores eran lo suficientemente pequeños como para que hoy los consideremos casi ridículos -unos pocos KB de VRAM y generalmente resoluciones de 256 x 192 píxeles con 8 colores, o algo parecido- sino que la velocidad y capacidad de los dispositivos de almacenamiento de la época estaban lejos de poder manejar la cantidad de datos requeridos a la velocidad suficiente. Cuando Commodore puso a la venta el modelo Commodore 128, entre los periféricos presentados junto a este ordenador se encontraba el Commodore REU, una especie de “ampliación de memoria” que podía -dependiendo del modelo y los chips empleados en su construcción- proporcionar entre 128 y 512KB de memoria adicional.

El acceso a esta memoria se hacía mediante una técnica conocida como “conmutación de bancos”, ya que los 8 bits del microprocesador utilizado era incapaz de “ver” más de 64KB a la vez. El ordenador podía efectuar transferencia de datos entre la memoria principal y el del REU (en el C128 a través de los comandos STASH, FETCH y SWAP de su BASIC 7.0), o bien mediante un poco de código en ensamblador. Pero no sólo el C128 podía utilizar la “enorme” capacidad del REU. El modelo REU 1764, por ejemplo, fue desarrollado para el Commodore 64. ¿A donde queremos llegar con todo esto? A que basándose en este dispositivo, los genios de turno han creado periféricos capaces de utilizar como memoria extra una tarjeta SD, con todo lo que esto significa.

Los vídeos que estás viendo mientras lees esto fueron realizados utilizando un Commodore 64 -procesador MOS6510 de 8 bits a 1MHz- y una “ampliación” de memoria de 16MB. Por supuesto, hay que aclarar que el chip que gobierna el funcionamiento del REU es a la vez un  controlador DMA (del inglés Direct Memory Access), e incluye un primitivo “blitter” (Bit-Block Transfer, un chip especializado en transferencias de datos mediante métodos de bit blit), por lo que la reproducción de audio y vídeo tiene lugar de una forma más parecida a como lo hace un Commodore Amiga que un pequeño C64. En esencia, el micro de la C64 sólo pide las transferencias de datos, y el REU se encarga de todo el trabajo duro.

Ordenadores hogareños más potentes, como el mencionado Amiga o el Atari ST incorporaban de serie en sus tripas un chip coprocesador blitter. ¿Es legítimo decir que un C64 “es capaz de reproducir vídeos” cuando en realidad está utilizando un dispositivo que no existía cuando el ordenador salió a la venta? Esta es una pregunta polémica. Si somos estrictos, cuando el C64 apareció en las tiendas -en 1982- su más tarde inseparable compañera, la disquetera 1541C (1986) tampoco existía. A pesar de ello, nadie se cuestiona que un juego cargado desde un disquete realmente “está corriendo en un C64”. Con este criterio, los vídeos en cuestión están siendo reproducidos en ese ordenador.

Dejando de lado este tipo de polémicas, realmente dan ganas de quitarse el sombrero frente a estos trabajos. ¿No crees?

Escrito por Ariel Palazzesi

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