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Robots con comportamiento de colmena

El comportamiento de colmena ha intrigado a los expertos durante años, y la robótica se ha convertido en una herramienta muy importante para explorarlo. La idea de una legión de pequeños robots trabajando con un objetivo común es tentadora desde muchos aspectos, pero el costo suele ser el primer factor prohibitivo para llevarlo a cabo. Una posible respuesta llega directamente desde la Universidad de Harvard con el diseño de su Kilobot, un robot muy simple y a la vez atractivo en lo económico.

Nidos que son construidos en tiempo récord. Situaciones de defensa con una coordinación casi sobrenatural. Perseverancia y constancia dignas de ser imitadas. No importa si se trata de hormigas, abejas, langostas o Borgs (?), hay mucho para aprender del comportamiento de colmena o “consciencia colectiva” si utilizamos un término más profesional. Se ha tenido muy en cuenta en el desarrollo de la inteligencia artificial, y se han buscado diferentes formas de implementarla sobre robots. Por supuesto, no hay ningún “comportamiento de colmena” si se trata de dos, tres o cinco robots. Para que la teoría se manifieste de forma adecuada, en la práctica deberíamos estar hablando de cientos o incluso miles de robots que trabajen de forma coordinada, algo que de acuerdo a los parámetros actuales, resulta demasiado caro.

Sin embargo, aquí tenemos al Kilobot. Este pequeño robot desarrollado por el Grupo de Investigación de Sistemas Auto-Organizados de la Universidad de Harvard utiliza componentes relativamente baratos, totalizando unos catorce dólares por unidad. A decir verdad, los Kilobots no pueden hacer mucho más que caminar y girar (utilizan dos pequeños motores de vibración), pero pueden recibir una orden a través de un programa y llevarla a cabo de forma simultánea gracias a la intervención de un controlador infrarrojo instalado por encima de ellos, una especie de “reina” si se lo quiere llamar así. Algunas de las demostraciones se enfocan sobre la dispersión (cada Kilobot se aleja de los otros hasta que no puede comunicarse con ninguno de ellos) y el seguimiento de una “unidad líder”.

Por el momento, la “colmena” de Kilobots está compuesta por veinticinco ejemplares, pero esperan poder ampliar esa cantidad hasta 1024 robots, con el objetivo de realizar demostraciones mucho más elaboradas. Tal vez parezca una simple prueba de concepto, pero el costo por unidad de los Kilobots y la aparente sencillez de su programación pueden convertirse en la piedra fundamental para proyectos más complejos. Si alguna vez queremos llegar a tener una nanotecnología como la que vemos en la ciencia ficción, el que los nanobots tengan un comportamiento colectivo similar a este será vital para definir su utilidad. Por otro lado, si las hormigas han conquistado la Tierra de forma tan eficiente, imaginen lo que podría a hacer un súper-organismo hecho de pequeños robots…

Escrito por Lisandro Pardo

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