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To bit or not to bit: ¡Ahora dicen que uno no elige lo que quiere!

La semana pasada hicimos una prueba piloto del laboratorio virtual de experientos de Neoteo, con la participación de los lectores, ¡cientos de ellos se ofrecieron como voluntarios! Hoy les ofrecemos los resultados: algunos confirman firmemente nuestras hipótesis… ¡y otros nos desconcertaron totalmente!

Antes que nada, ¡nuestro agradecimiento a los lectores de Neoteo! En nuestro artículo anterior hicimos dos preguntas, presentando una lista de elementos e invitándolos a que envíen sus respuestas por correo, diciendo cuál elegían en cada caso. No le tuvieron miedo a ser cobayos de laboratorio, y nos hicieron llegar nada menos que ¡306 respuestas! a nuestro pedido. Pero, antes de ir a los resultados, un poco de fundamentos científicos de lo que pretendíamos testear.

La historia empieza hace más de cien años, cuando Hermann Ebbinghaus, psicólogo alemán, demostró el “efecto de posición en serie”, que muestra que, en general, al ser presentados con una lista, tendemos a seleccionar más los primeros (efecto primacy) o los últimos elementos (efecto recency).

 

Típico gráfico “Ebbinghausiano” primacy /recency

Años después, en la década de 1960, Bennet Murdock, profesor emérito en psicología en Yale, analizó el proceso más en detalle, en el que demostró que, en el caso de los primeros elementos de una lista, aun cuando esta sea breve, nuestro cerebro tiende a enviarlos a la memoria de largo plazo, y a los últimos a la de corto plazo, y que los elementos intermedios suelen tener menor preferencia en la selección o recuerdo pues quedan en una especie de limbo. Entonces, ¿podríamos decir que no siempre elegimos lo que queremos?

¿Qué elemento prefieres de una lista?

En el 2012, Dana Carney y Mahzarin Banaji, haciendo referencia a los trabajos de Ebbinghaus, desarrollaron un estudio adicional, en donde analizaron qué preferencias tenemos al momento de elegir un elemento de una lista independientemente de cuál sea dicho elemento, y su relación con los procesos de memoria. Es este trabajo profundizaron el concepto de que percibimos al mundo en forma secuencial sin importar cómo sea el input de datos, y que ese es un motivo adicional de por qué solemos “olvidar” a los elementos intermedios de una lista.

Conclusión: ya sea que nos lean en voz alta una lista de opciones, o nosotros mismos la veamos escrita en un papel, siempre estaremos procesando los elementos en serie, uno tras otro, y estas reglas, al menos en forma general, deberían aplicar.

El diseño del experimento

El primer objetivo que nos planteamos fue hacer un primer y sencillo estudio para ver el interés de nuestros lectores, ¡que por cierto superó todas las expectativas! Es importante aclarar que las listas de este estudio tienen muy pocos elementos para sacar conclusiones lo suficientemente serias como para escribir entre todos un paper científico, pero bien valen como un primer intento de desarrollar nuestro laboratorio virtual, para plantear en el futuro nuevos estudios en conjunto con los lectores, de los que desde ya escuchamos todas sus sugerencias. En cuanto al diseño de las preguntas en sí, nos permitimos jugar un poco: Ebbinghaus y Murdock trabajaban con listas de 10 elementos o más. Carney y Banaji sólo con dos. Así que, ¿por qué no hacer listas con tres o cuatro elementos?

Empecemos por la segunda pregunta, que estaba planteada como un proceso secuencial. Las respuestas fueron de manual. Miren si no:

Resultados de los votos de los lectores para la pregunta 2 (la de los vendedores)

En la segunda se dio algo muy curioso y tiene que ver con la tercera opción. Fíjense lo que pasó: ¡La opción C) superó por más del doble de votos a las otras!

Resultados de los votos de los lectores para la pregunta 1 (múltiple choice).

Conclusión: en el caso de los vendedores, podríamos decir que confirmamos la hipótesis, pero en el del multiple choice, hay que admitir que estamos desconcertados. ¿Qué piensan los lectores? ¿Qué tiene de tan importante la opción “3”?

Por otro lado, si tomamos las respuestas a ambas preguntas en simultáneo, la combinación que (por lejos) fue la que más se recibió es: “Opción 3” y “vendedor A”.

Es importante notar que en las preguntas hay muchos otros factores que pueden incidir. Cuando se diseña un experimento es muy difícil hacer planteos en donde los enunciados sean lo suficientemente neutros como para que nuestros cerebros no se tienten con sacar conclusiones (y más cuando los participantes tienen un elevado interés en temas científicos, como es el universo de lectores de Neoteo). Esto se corrobora con algunos comentarios que recibimos junto con algunas respuestas, relacionados con la segunda pregunta (la de los tres vendedores), algunos son muy divertidos, miren si no:

“Le compro uno a cada uno. Una vez que terminé las transacciones declaro estar inconforme con la calidad del producto (las leyes de defensa al consumidor me protegen en ese sentido) y exijo que se me reintegre el dinero. Una vez logro convencer a cada uno de los vendedores… les devuelvo los productos equivocados! Lo que me vendió “A”, se lo devuelvo a “B”, lo que me vendió “B” se lo doy a “C” y lo que me vendió “C” se lo devuelvo a “A”. Mi mala acción del día estaría completa.”
(Herman Besel)

“Dado que los tres me van a aburrir con el mismo cuento, voy por el primero.”
(Germán Romero)

“Le compro al tercero, porque al primero lo rechacé, al segundo también y al tercero, al comentarle que había rechazado a 2 personas antes que a él xD cambió su forma de venderme el producto y me convenció. xDD”
(Michael Barra)

“Si el producto me interesa mucho al A.
Si estoy indeciso y creo haber perdido una grandiosa oportunidad al B.
Si no elijo a ninguno de A y B y mi mujer esta furiosa porque no compré ninguno… le compraría al C.
Si de plano no me interesa… a ninguno, que por lo general es así.
Si necesito elegir uno a fuerza elijo B, y si son mujeres gemelas se los compro a las 3.”
(Víctor Medina)

Y para cerrar, un comentario adicional: varios lectores plantearon la cuestión de que “gemelo” es sinónimo de “trillizo”, pero un gemelo es “nacido del mismo óvulo”, por lo que se puede ser gemelo y trillizo a la vez, ¿o me equivoco?

¡Esperamos aquí en los comentarios de la nota todas sus opiniones de esta aventura científica virtual! ¡Y esto recién empieza!

¡Hasta el próximo To bit!

Escrito por Gianni Sabbione

Gianni Sabbione es editor literario, científico y músico. Como editor trabajó y trabaja en editoriales y medios internacionales de EE.UU., España y Latinoamérica. Es asesor en reorganización y automatización de áreas de IT e investigó en IA y redes neuronales.
Es cantante de sus bandas de hard rock solista y de Color Púrpura, y aprovecha su perfil en Neoteo para promocionarlas. Al menos hasta que se de cuenta el Sr. Director del sitio.

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