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Tu privacidad en Facebook

La información es poder (y dinero). Esto lo saben los creadores de la red social más importante del planeta y les obliga a chocar constantemente con el derecho a la intimidad que toda persona tiene. Facebook sostiene un creciente aumento del control de datos de sus usuarios que empieza a preocupar a la comunidad internauta global. Los errores del sistema unidos a la propia política interna de la compañía ponen en peligro nuestra privadidad cada año en mayor medida ¿Hasta dónde llegarán?.

Estamos en la era de la información, de acuerdo. Pero también en la era de los grandes pelotazos empresariales basados en la cultura digital. Internet se ha convertido en el campo de batalla perfecto para lidiar con los grandes números y aprovechar las enormes cuentas de negocio que proporcionan. Esto lo saben los directivos de empresas como Google, que dominan el mercado de la publicidad online, pero también lo saben los creadores de la última moda en el mundo cibernético: las redes sociales.

Facebook se posiciona no sólo como la mayor red social del mundo, sino como uno de los sitios más visitado de todos los tiempos, en dura pugna con la gran G y con Microsoft. Sus 400 millones de usuarios la convierten en un fenómeno social por sí mismo y los rendimientos económicos potenciales de semejante cantidad de individuos la hacen susceptible a las manipulaciones para obtener beneficios a costa de lo que sea, en este caso tu propia privacidad.

Facebook ha cambiado mucho desde sus inicios, hace ahora 6 años. En el 2005 esta red apenas permitía el contacto a través de direcciones de correo de universidades de Estados Unidos, con algunas honrosas excepciones en otros países. Lo máximo que se podía hacer era subir fotos y dejar algún comentario en el muro de algún contacto. En 2006 Mark Zuckerberg dio el pistoletazo de salida para que cualquiera pudiera acceder a Facebook y se convirtiera en lo que es hoy: la red social más importante de la Tierra. En el camino, esta nueva oportunidad de comunicación ha ido pulverizando poco a poco nuestro derecho a la privacidad. Cada año, perdíamos una pequeña cuota de intimidad conforme más cantidad y variedad de datos nuestros se transformaban en públicos.

Si observamos la evolución de Facebook en cuanto a su capacidad para hacer públicos nuestros datos veremos, con cierto temor, que cada año aumenta su temeridad y expone mayor cantidad de información sobre todo lo que hacemos en Internet. La técnica de los expertos de Facebook se parece mucho a aquella que asegura que si colocas una rana en un cazo con agua hirviendo, ésta saltará y se librará de una muerte dolorosa, pero sin embargo, si pones a la rana en agua tibia y la vas calentando poco a poco, finalmente la rana morirá cocida sin haberse dado ni cuenta. Los usuarios de Facebook son las ranas digitales que han puesto a cocinar sus ancas y no se percatan del peligro que supone mostrar todas tus vergüenzas a un mundo global que puede utilizarlas a su costa cuando más le convenga.

Los inscritos en la red de Zuckerberg no son enteramente conscientes de los peligros que comporta mostrar tanta información sobre la persona y sus costumbres. Incluso la propia CIA se frota las manos porque esto les permite controlar a los individuos que les interesan mejor que con sus propias bases de datos internas. Sin ir mas lejos, en España ocurrió un caso muy notorio donde las autoridades hispanas lograron detener a un grupo de jóvenes terroristas de la ETA, usuarios de Facebook, que se mostraban en público sin ninguna cautela y exhibían ufanos sus proyectos, emprendidos con la intención de perpetrar atentados. Esto nos da una muestra de lo integrada que se encuentra esta nueva cultura de la “redes sociales” en la propia personalidad de sus adeptos.

Pero vamos más lejos. No se trata sólo de que los clientes de Facebook se les olvide dónde se encuentran y pierdan la perspectiva de que sus miserias están siendo observadas por todo el planeta. La cuestión principal que hace sospechoso a Facebook radica en que contiene tanta información de sus usuarios que los fallos del sistema pueden propiciar una catástrofe contra la privacidad, como ya ha ocurrido en varias ocasiones.  Estos errores permiten revelar mucha más información de la que a sus usuarios les gustaría. Por desgracia para Facebook y sus adeptos, esto sucede con mucha frecuencia.

El tropiezo más reciente de la red salió a la luz el miércoles, cuando Facebook alertó de que había detectado un error de seguridad que permitía a los usuarios curiosear en las conversaciones privadas de sus amigos y visualizar las solicitudes de amistad de los demás. En marzo, un error exponía los mensajes privados de muchos usuarios y limitaba su capacidad para ocultar otra información de contacto. Y un mes sí y otro también, los fracasos de seguridad del sistema ponen en peligro los datos personales de millones y millones de personas.

Y otro paso más. Hablamos de la propia política interna de la empresa, que en su afán por obtener beneficios económicos de los datos de que dispone, activa opciones que superan con mucho la permisividad de los usuarios. En diciembre, Facebook cambió su configuración de seguridad, desatando la creación de un nuevo grupo de protesta en la propia red que ahora tiene más de 2,2 millones de seguidores. La nueva configuración comparte automáticamente información de sus usuarios, a menos que éstos tomen las medidas necesarias para ocultar esa información. Eso significa que el nombre, fotografía de perfil, sexo, ciudad actual, redes, lista de amigos y todas las páginas a las que uno se suscriba son de libre acceso para cualquier usuario de Internet.

Antes de que esto sucediera estaba Beacon, un sistema de información de Facebook que extraía los datos de los perfiles de sus miembros para enviarles anuncios y visualizaba las visitas de los a sitios externos. Aunque una masiva protesta pública hizo que Facebook tuviera que abandonar esta idea, su recién anunciada iniciativa OpenGraph está siendo igual de polémica. Su objetivo se centra en viajar con el usuario a cualquier lugar de la Red. OpenGraph permite a las Web adoptar el sistema Facebook Connect, de manera que las actividades de los usuarios en otras páginas se comparten con todos sus amigos de Facebook.

Por si fuera poco, un representante de la red social confirmó la existencia de la característica de geolocalización, que ya es objeto de todo tipo de rumores. Hizo su aparición en el código del sitio para pantallas táctiles, que contiene un ítem (oculto por ahora) denominado “Lugares”, aunque poco se sabe sobre su funcionamiento final. Inicialmente se nutrirá de las actividades que generen los usuarios, pero hay planes para complementar la herramienta con propuestas de socios publicitarios en una siguiente etapa. Dicho de otro modo, que sabrán donde te encuentras en cada momento.

Esto significa que uno podría exponer, sin darse cuenta, sus actividades en la red a su pareja, su jefe o alguna de las cientos de personas que pueden ser amigos en Facebook, pero que en realidad son meros conocidos, colegas del trabajo o rivales ¿Te imaginas que sucedería si te pillan visitando páginas adultas o simplemente navegando por los sitios de la competencia?…

Mark Zuckerberg, el joven creador de Facebook(25 años) sostiene la idea de que la privacidad ya no es una norma social. “La gente no sólo se ha acostumbrado a compartir más información de distintos tipos, sino que además lo hace más abiertamente y con más gente“, señaló. “Esa norma social es sólo algo que ha evolucionado con el tiempo“. De alguna manera, Zuckerberg pretende legitimar la pérdida de intimidad de sus usuarios, alegando que no la necesitan porque los internautas han pasado a otra etapa social más moderna donde compartir los datos personales se ha convertido en una costumbre.

Según un estudio reciente de Consumer Reports, realizado a 2.000 hogares estadounidenses usuarios de Internet, se afirma que dos tercios utilizan Facebook o MySpace. De ellos, un 52 % ha colgado información personal que podría suponer una amenaza para ellos o sus familias, añade la investigación. Esto parece dar la razón al creador de Facebook.

Sin embargo, esto parece tener otra posible lectura, en la línea de lo comentado por Danah Boyd, investigadora de medios sociales para Microsoft Research en Nueva Inglaterra. La experta afirma que “las normas sociales no han cambiado sino que están siendo maltratadas por la forma en que las fuerzas del mercado operan en este momento”. Y piensa que “el mercado está empujando a la gente en una dirección que tiene enormes consecuencias, especialmente para aquellos que están marginados”. Efectivamente, quizá sea cierto que la gente de hoy se haya sumergido en los entornos sociales como Facebook sin ser demasiado consciente de la alta exposición a que se encuentran sometidos.

El falso anonimato que proporciona el hecho de existir como avatar digital calma, en cierto modo, las ansias de privacidad que todo ser humano necesita cuando se enfrenta en persona a la comunicación entre iguales. Los usuarios sienten que su perfil en la Red se muestra invulnerable, seguramente debido a esa falta de identificación personal con un perfil inscrito en una página de Internet. Se hacen realmente conscientes del peligro cuando se encuentran en una situación comprometida por culpa de esa exposición pública de datos que ellos mismos han puesto a disposición del resto del mundo o cuando Facebook falla y los muestra de manera no intencionada.

Un ejemplo demasiado frecuente es cuando una adolescente se encuentra con que ese “príncipe azul” que pensaba tener al otro lado del teclado, se ha convertido en un repugnante acosador que conoce su dirección, su teléfono, sus amigas y hasta el colegio donde asiste. Por no hablar del aumento de spam por culpa de los datos vendidos a otras empresas.

Nadie duda que Facebook lidera la Red como herramienta de comunicación. Su utilidad supera el mero intercambio social entre iguales para convertirse incluso en herramienta de selección de candidatos, pues las compañías observan con mucho interés los currículums inscritos en el sitio. Es el presente de Internet y hoy día contiene más información personal de la gente que cualquier otra empresa privada e incluso que los propios gobiernos.

La tiranía del mercado no hace prisioneros y la necesidad de rentabilizar los proyectos convierte a las empresas en potenciales fuentes de problemas. Esta red social domina el mercado con sus 400 millones de usuarios y la visión del posible beneficio económico que podría generar tal cantidad de “clientes” nubla la vista de cualquiera. Los avances de las escaramuzas dirigidas a aprovecharse de la información personal sólo puede ser contrarrestada por los propios usuarios, bien protestando o bien abandonando el servicio por otros más seguros. En definitiva, si no quieres que nadie te controle, ya sabes lo que tienes que hacer.

Escrito por imported_Kir

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