Muchos de nosotros hacemos compras en tiendas virtuales, y esperamos ansiosos a que el empleado de la empresa de logística nos toque el timbre para entregar el paquete. Ese ritual, que forma parte de la compra, puede desaparecer dentro de no mucho tiempo, al menos si el robot UNITX supera su status de concepto y se transforma en el repartidor de paquetes del futuro.
Hay algunos placeres que se van perdiendo. Rituales y costumbres que, a pesar de ser anticuadas, lamentamos que desaparezcan. Muchos amantes de la lectura, por ejemplo, vislumbran un oscuro futuro sin libros de papel “culpa” de los nuevos soportes electrónicos. Y si el artista y empresario Michael Marcovicia logra imponer su última idea, es muy posible que un humano nunca más golpee tu puerta para, con una sonrisa amable en la cara (la mayoría de las veces) entregarte un paquete con los cacharros que acabas de comprar en tu tienda virtual favorita. Michael prevé un sistema, al que ha bautizado UNITX (por United Networks International Transport Exchange) que, en algún momento del futuro, entregará las cajas a los clientes que vivan en las grandes zonas urbanas. El sistema depende de unos robots muy bonitos llamados “logibots”, que recorrerían la ciudad a través de una red de túneles subterráneos electrificada.
- Entregará cajas en las zonas urbanas.
- UNITX, un cacharro bonito.
Marcovicia ha pensando en todo. Sus (por ahora) imaginarios logibots serán capaces de transportar hasta cuatro cajas de 60x60x45 centímetros. Viajarán a una velocidad de hasta 50 kilómetros por hora, y gracias a unos túneles especiales, podrán recorrer cada rincón de las ciudades como si de ratas robóticas se tratasen. De hecho, Michael imagina que estos conductos llegarán prácticamente a la puerta de cada hogar. Las entregas demorarán, en promedio, unos 20 minutos y no requerirán por parte de quien prepare los envíos el uso de cajas especiales. Además, imagina a sus carteros mecánicos capaces de transportar cargas congeladas o calientes, lo que posiblemente termine también con el curro de más de un repartidor de comidas a domicilio. La posibilidad de cometer atentados enviando cajas-bomba mediante estos cachivaches queda prácticamente descartada gracias a la incorporación de detectores de explosivos y “visión de rayos-X”.
El artista ha provisto a su concepto de unos extraños artilugios llamados Vclimbs. Estos chismes, ubicados en las esquinas del robot, cumplen una importante misión a la hora de recorrer los túneles: mediante ellos los logibots pueden trepar, avanzar por sobre un “compañero” que venga en dirección contraria o descender cuando sea necesario.
Michael cree que un sistema como UNITX podría tener importantes implicancias en la economía. Supone que teniendo un sistema rápido, automático, económico y eficiente para la entrega de mercaderías, la relación entre proveedores y clientes avanzaría a un nuevo nivel. Por supuesto, no tenemos que olvidar que este sistema es solo un concepto ideado por un artista. Es bastante posible que un robot con las características de los propuestos por Marcovicia pueda desarrollarse hoy mismo. Pero el trazado de los túneles a través de toda una ciudad es una cosa muy diferente.
