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El móvil: Infaltable para el 97% de los españoles

¿Un teléfono puede llegar a significar una atadura tan extrema? ¿Habríamos imaginado este escenario hace 10 años atrás cuando apenas emergían como un artículo suntuoso para algunos pocos elegidos? Dentro del “Estudio sobre la seguridad de la información y la e-confianza de los hogares españoles”, realizado por el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (INTECO) y correspondiente al tercer cuatrimestre de 2009, en un apartado se asegura que el teléfono móvil se ha convertido en un dispositivo indispensable para la población española. Así lo considera el 97,5% de las personas encuestadas, que califican este tipo de comunicación como muy segura. ¿Adicción?, ¿Dependencia? Tu opinión nos interesa.

Entre los diferentes tipos de móviles, los de última generación y sobre todo de aquellos teléfonos que incorporan tecnología Bluetooth y conectividad Wi-Fi, son los modelos elegidos por los encuestados. Otros factores determinantes entre los españoles a la hora de cambiar de móvil son principalmente su precio y las ofertas de dispositivos que brindan las tiendas especializadas, seguidos en tercer lugar por la calidad del servicio y atención al cliente ofrecido por las operadoras de telefonía móvil. Además de utilizarlos para comunicar o acceder a servicios de contenidos, los españoles piensan que usarán el teléfono móvil durante los próximos años para pagar sus cuentas o en situaciones de emergencias tales como cuando no disponemos de dinero o tarjeta de crédito, así como para la telemedicina, localizar o hacer seguimiento de familiares, amigos o propiedades, controlar o gestionar remotamente otros equipos o dispositivos de nuestra casa (Domótica a través de SMS).

La ONU calcula que a finales de 2009 ya había 4 mil millones de móviles en el mundo. Los adolescentes tienen mucho que ver en esta cifra. Cambian continuamente de equipo, hablan de forma compulsiva y se envían mensajes de texto sin cesar. La tecnología deja al descubierto trastornos, abusos a profesores, escasos controles paternos y sumisiones sexuales. Así es la nueva dependencia a la comunicación del siglo XXI. Es un fenómeno muy nuevo, muy de hoy. Un trastorno silencioso que provoca que algunos usuarios, los jóvenes en particular, incluso no duerman. Porque se sienten con ansiedad. Porque quieren formar parte de un círculo social. Ser, estar, pertenecer. Los profesionales de la psicología ya están acostumbrados a tratar dependencias a las nuevas tecnologías como Internet, pero muchos coinciden en que el teléfono móvil tiene una rara dualidad. Por un lado, fomenta la comunicación. "¿Por qué podemos estar hablando cinco horas en un parque y no pasa nada?", se pregunta Fernando Pérez del Río, psicólogo de Proyecto Hombre, la clásica fundación para drogodependientes que ha incluido el abuso compulsivo del teléfono móvil entre su catálogo de adicciones. "Lo malo es la pérdida de control. Que no se quiera y se haga", se responde él mismo, admitiendo la contracara de la dualidad.

La tentación además, fomenta el consumo. De manera constante vemos en la TV publicidades que pregonan: “¡Envía BESITOS al 222 y descarga los secretos del amor!”, “¡Envía CHISTE al 2020 y se te caerán los dientes de la risa!”. Es un martilleo constante que siempre atrapa a incautos aburridos y que termina deglutiendo decenas de Euros en un mes. El usuario no puede dejar de recibir mensajes con imágenes (MMS) que le consumen casi todo el saldo de dinero del que disponen y además, deben acudir a amigos, conocidos o sitios web para informarse acerca de cómo escapar y darse de baja de manera definitiva de estas trampas devoradoras insaciables de dinero. La música es otro de los elementos que se ha convertido en una parte casi esencial del teléfono móvil. El 44% de los consumidores escucha música en formato digital o MP3 y el 41% suele transferir música desde otros móviles a través de Bluetooth. Lo mismo ocurre con los videos y las fotografías.

En el punto de las imágenes la situación se pone mucho más delicada. Los rumbos que pueden tomar imágenes que se toman en la intimidad y luego son divulgadas de manera inescrupulosa, pueden causar serios problemas a las personas que aparecen en ellas. Sin ir muy lejos, esta semana nos enteramos de la joven británica Emma Jones de 24 años que se envenenó con un líquido de limpieza, porque su ex – novio publicó fotos de ella desnuda en Facebook. Jones, enseñaba desde 2008 a niños de ocho años en la Escuela Internacional de Choueifat en Abu Dhabi, en los Emiratos Árabes Unidos y temía que las estrictas leyes islámicas de los este país la llevaran a prisión.

No hay dudas que estos productos llegaron para quedarse. Pocas cosas hay tan masivas e invasivas en la sociedad actual como los teléfonos móviles. Sin temor a exagerar, podríamos decir que es el ícono del consumismo de los últimos años del pasado siglo y lo será en los primeros decenios del presente. Y por supuesto, no podemos dejar de resaltar, la escandalosa forma de escribir los mensajes de texto que tiene la mayoría de los usuarios. Una verdadera obra del terror para la Real Academia Española. “Ak t mando ls krtas d mi nobia” puede ser uno de los ejemplos más académicos y correctos que se pueden llegar a leer en un teléfono móvil de un adolescente. Un nuevo concepto en comunicación. Un nuevo estilo. Tan singular como propio. Que entienden a la perfección y sufren hasta las lágrimas si no pueden acceder a participar en ese mundo que lo entienden como propio y del cual sus padres son cómplices que consienten y participan con complicidad.

Grandes y chicos, jóvenes y adultos. El 97,5% de los españoles está viviendo esta realidad. ¿A ti también te pasa? ¿Te sientes identificado dentro de ese porcentaje? Cuéntanos tu realidad.

Escrito por Mario

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