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5 consejos para evitar que el móvil domine tu vida

Con relativamente poco aviso nos hemos tenido que habituar a una tecnología que se ha apoderado del mundo, pero fueron justamente las características adictivas y omnipresentes de ésta las que han hecho que muchas personas se vean sobrepasadas por la influencia que tienen los dispositivos móviles en sus vidas. En este artículo te presentamos 5 consejos para evitar que el móvil domine tu vida y vivir más sanos y tranquilos.

En un reciente artículo hemos hablado sobre la gravedad a la que pueden conducir algunas conductas recurrentes con la tecnología portátil e internet, y entre una de ellas estaba la adición al móvil y a la desesperación por saber si hay una nueva notificación, si está o no encendido, si por casualidad se le bajó el volumen y si esa vibración que sentimos es de verdad el teléfono sonando y no un producto de nuestro condicionado cerebro. Debido a las urgencias que creemos nos convocan laboral y socialmente, el uso del móvil se ha impuesto pasando a ser una convención, gracias a la cual es común que la mayoría de las personas tengan móviles y que los utilicen para hacer microinteracciones (contestar mensajes, revisar correo, chequear un dato en la red y hasta contestar una llamada) mientras están en una charla, una cena o reunión con amigos, que son interacciones donde se pone en juego una significancia mayor por la presencia física.

Todos estos usos a “destiempo” pueden llegar a ser una productiva herramienta de trabajo, pero en términos de sociabilización y de salud personal, el abuso del móvil tiene consecuencias de todo tipo y que ganar unos dólares más o un poco de tiempo extra no justificarán jamás. Si te sientes identificado con estos problemas y crees que el móvil está succionando tu atención al mundo, tal vez deberías leerte los siguientes 5 consejos para evitar que el móvil domine tu vida. Originalmente escritos por Tom Chatfield, un columnista de la BBC Future, nosotros nos basaremos en ellos para dar nuestra propia explicación sobre cada uno.


Tomarse un día libre de móviles

El control no es algo que se le de bien a todo a el mundo, y cuando a veces nos queremos disciplinar sobre alguna actividad, terminamos haciendo justamente lo contrario, porque la idea de autocensura termina siendo más rechazada que las propias consecuencias de no aplicarla. Por esto es bueno que si usamos el móvil con una asiduidad peligrosa, aprovechemos los días de descanso justamente para lo que son: para descansar. Antes como medio de comunicación, ahora el móvil también es fuente de información en tiempo real, y por lo tanto de preocupación al instante. Y si a eso le sumamos la paranoia del mensaje que no llega, de los correos electrónicos por leer, del llamado en espera y de la posibilidad de que nos llamen del trabajo para decirnos si podemos dejar nuestro tiempo para descanso porque un compañero no puede venir por un resfrío… mejor dejemos el móvil de lado un día (o al menos unas cuantas horas, pruébalo) y limitemos las probabilidades de disgustos.

Evita usar el teléfono en la mesa o ante tu interlocutor

Uno de los trastornos psico-sociales más comunes en esta era de dispostivos móviles omnipotentes es el “phubbing”, que es el indecoroso arte de desairar a las personas que tienes en frente o a un lado al darle más atención a tu móvil que a ellas.  Muchos se defienden diciendo: “bueno, pero en realidad le presto atención pero sólo le resto un poco cuando llega un mensaje.” El problema es que desde la percepción de la otra persona, tu atención está dirigida hacia la eventual llegada de un mensaje, y que mientras tanto te “entretienes” con ella. Al llegar un mensaje, tu atención se concentra al 100% en él cuando bajas la cabeza o estiras la mano para ir a buscar el móvil. Ahí es cuando la otra persona confirma su hipótesis y se siente desairada. Según un estudio reciente, el hecho mismo de dejar el móvil sobre la mesa a la vista ya es motivo de generación de sentimientos negativos por parte de las otras personas. No es tanto sacrificio: cuando hables con otras personas o estés en la mesa, el móvil en el bolsillo o en la cartera.

Disfruta tu contenido antes de capturarlo

Recientemente tuve la oportunidad de ir a unos cuantos recitales y la verdad es que me quedé observando tan tristemente cómo las otras personas se perdían la verdadera acción al mirar el recital a través de las pantallas en grabación de sus móviles, que yo también me la perdí. Gracias a las cámaras de vídeo y de las fotos, le hemos puesto una capa artificial encima a la realidad, y varios especialistas indican que las memorias que teníamos de un suceso ahora son memorias sobre las acciones que tuvimos durante ese suceso, ya que el suceso en sí queda grabado en imágenes y vídeos. El consejo es que grabes el concierto, el bautismo, el cumpleaños o el paisaje, pero que antes de ello lo disfrutes, tomando en cuenta sus colores reales, el ambiente, los aromas, el sonido y todo aquello que no se puede guardar en un móvil y subir a Instragram. En el artículo original se cita a Jaron Lanier, que señaló que las medidas sensoriales como el sabor y el aroma son ignoradas por casi todas las tecnologías digitales y por ello hay que intensificar nuestras memorias de los sucesos usando todos los sentidos y la atención que podamos.  Sofía Coppola, la cineasta, dijo: Sofia Coppola dijo que se llega a sentir como si “vivir no contara a menos de que quede documentando

Evita depender del móvil para todo

Antes, cuando no sabíamos una dirección se la preguntábamos a alguien en la calle, pero ahora todos tenemos mapas con GPS en los móviles y perdernos resulta más difícil. Aquí no te vamos a pedir que te pongas a hablar con extraños para indicarles a qué lugar te diriges (aunque créeme que muchas hermosas relaciones se han generado de charlas tan fortuitas como estas), sino que no seas aquel que no explota su entorno “sobregoogleando” todo. Sitios webs d recomendaciones, diccionarios de sinónimos y definiciones, enciclopedias en línea y todo tipo de aplicaciones que nos indican qué hacer. En el artículo original se menciona la alternativa a aquellas aplicaciones que nos dicen cómo movernos, cómo pensar, cómo responder y qué hacer con dos clics. Una de ellas es Serendipitor, una aplicación que invita a vagar por zonas en vez de ir guíado y tener todo programado. La sorpresa y lo inesperado son fuentes fundamentales de nuestras experiencias en la vida, y sean que las aventuras en las que terminemos no sean del todo alegres, la sensación de no ser guiados como muñecos de trapo por códigos y bases de datos ya te bastará para sonreír un poco más.

Apaga el móvil mientras duermes

Este consejo está especialmente dedicado a quienes no tienen hijos que salgan o vivan lejos, ya que el medio de comunicación más directo y especialmente utilizado ante emergencias es el móvil. Sin embargo, dejar prendido el móvil en las noches ofrece agotamiento y preocupación que la cantidad de llamadas de emergencia que una persona promedio recibe en su vida. Por ejemplo, muchas personas (me incluyo) se van a dormir y antes de cerrar los ojos le echan una mirada al móvil para chequear que no haya un correo o mensaje de última hora. También están quienes se quedan jugando a juegos sociales o revisando Facebook (que ya sabemos tiene sus consecuencias). Pero lo peor es que una dejado de nuevo el móvil en su lugar y una vez hayan cerrado los ojos, la mente queda ligada al contenido del móvil y la posibilidad de que “ahora sí” haya llegado algo nuevo, lo que reproduce el ciclo y quita horas de sueño y agrega ansiedad a un momento que debe ser de total relajación. Por último, los móviles en reposo emiten luz azul, que el cerebro  relaciona con luz solar y por lo tanto el descanso no es igual al logrado en un dormitorio totalmente a oscuras y un reloj corporal sincronizado.

Los consejos para evitar que el móvil domine tu vida son especialmente útiles en la medida que se los tome como sugerencias adaptables a las diferentes conductas y personalidades. No todos usamos los dispositivos de la misma manera y no todos sufrimos las mismas consecuencias o de la misma manera, pero lo cierto es que como dice el británico Tim Harford, “los smartphones son adictivos, así que hay que pensar qué adicciones queremos tener”. Personalmente, prefiero otras que sean más placenteras. O ninguna.

Escrito por Nico Varonas

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