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Avatar 2: Filmando en el océano profundo

Avatar se convirtió fácilmente en una de las películas más exitosas de todos los tiempos. Y esto no es algo ajeno al director James Cameron, ya que lo había logrado también con Titanic unos años atrás. Ahora, intentará lograr el mismo efecto con la secuela de Avatar. Sin embargo, este nuevo proyecto requiere de un logro aún más importante que el antes mencionado. Para filmar algunas escenas se sumergirá al punto medido más profundo del océano, el Abismo Challenger. A 10,9 kilómetros de profundidad, filmará algunas escenas para esta secuela.

James Cameron es un director que siempre busca desafíos mayores. Y por lo general, esos desafíos requieren mucho más dinero. De todos modos, nadie puede culparlo, ya que cualquier cosa que toca, por lo general se transforma en oro. Ya sea la serie Terminator, un filme basada en la tragedia del Titanic o una película 3D sobre gatos azules que caminan sobre sus dos patas traseras. El próximo desafío se trata de sumergirse 6,8 millas (10,9 kilómetros) bajo el agua, para filmar algunas escenas de Avatar 2 y, tal vez, ganar un X-Prize en el proceso.

Aunque por el momento se sabe poco y nada sobre la secuela de Avatar, han confirmado que la acción trascurrirá en los océanos de Pandora, el planeta natal de los Na’vi. Aunque la mayor parte de la película se filmará en sets o pantallas verdes, Cameron mandó a construir un submarino a medida que le permita sumergirse en el Abismo Challenger, el punto medido más profundo en los océanos y filmar algunas escenas para su película. Como dato aparte, en caso de lograrlo, estaría ganando uno de los X-Prize otorgados a quien logre sumergir dos vehículos piloteados en el Abismo antes mencionado. El origen de este premio es la conmemoración del viaje realizado por Jacques Piccard y Don Walsh en 1960, las otras dos personas que alcanzaron el increíble logro de bajar casi 11 kilómetros a las profundidades y volver para contarlo.

Aunque entre ese medio siglo bajaron dos submarinos no tripulados, nadie ha vuelto a hacer el viaje. Ahora, el afamado director intentará hacer lo mismo con otro submarino que no sea el Trieste. Este, fue diseñado por el padre de Jacques Piccard en Italia y comprado por la marina estadounidense en 1958. En ese momento se trataba de un vehículo muy avanzado, ya que a diferencia de los demás de su época, era un submarino autónomo, con su propio sistema de soporte vital. El submarino, de 15 metros de largo, estaba compuesto por una parte alargada, rellena con 22,500 galones de petróleo para garantizar su flotabilidad y una esfera de dos metros en la parte inferior, en donde iban los dos pilotos.

Y a pesar de ser avanzado para su época, los dos aventureros tuvieron algunos sustos. Por ejemplo, a los 9 kilómetros de profundidad, la portilla se rasgó, pero de todos modos soportó los dos kilómetros que restaban y tanto Piccard como Walsh estuvieron 20 minutos en el Abismo Challenger. La pequeña lámpara eléctrica en la parte exterior del submarino les permitió ver las criaturas marinas que habitaban las profundidades y, al mismo tiempo, demostrar que algo de oxígeno hay en esas aguas, algo que hasta el momento era impensado.

El Abismo Challenger se encuentra al este de las Islas Filipinas y hasta ahora es un misterio cómo logrará Cameron alcanzar semejante profundidad. Por el momento se habla de que un equipo australiano está encargado de la construcción del submarino. Aunque no se sabe mucho sobre su construcción, muchos creen que será similar al Deep Flight Challenger de 4 millones de dólares. Este submarino fue construido para el aviador estadounidense, Steve Fossett, pero murió en un accidente aéreo justo cuando las pruebas iban a comenzar.

De todos modos, este tipo de diseño se sumerge de una manera muy diferente al del Trieste. En vez de utilizar nueve toneladas de perdigones de acero, “vuela” hacia abajo mediante hidroaviones y propulsores eléctricos. Por supuesto, también es mucho más fácil de maniobrar. Lo más maravilloso de esto no es lo que puede salir en la película, sino lo que puede encontrar Cameron a semejantes profundidades. Teniendo en cuenta que sabemos más sobre otros planetas que sobre las profundidades de nuestros océanos, seguramente habrá algunas sorpresas esperando, lo que será perfecto para un planeta tan ajeno y extraño como Pandora.

Escrito por Tomás Garcia

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