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CLIC: El sucesor del Large Hadron Collider

El Large Hadron Collider, una de las construcciones más importantes para la ciencia moderna, aún tiene años de investigación y actualizaciones por delante, pero las mentes del CERN ya están imaginando, pensando y diseñando lo que podría ser su sucesor. El nombre asignado es CLIC, siglas de Compact Linear Collider, y a diferencia del formato de óvalo que posee su hermano mayor, el CLIC tendría un diseño lineal, a través de un túnel de 44 kilómetros de largo.

En abril de 2015, el LHC reinició sus operaciones después de haber «descansado» durante dos años para recibir actualizaciones que le permitieron, de acuerdo a las necesidades de cada experimento, alcanzar unos nada despreciables 13 TeV. Entre los planes a futuro encontramos actualizaciones adicionales que en teoría habilitarán al colisionador a operar en su máxima capacidad de 14 TeV en 2017 o 2018, y más adelante (año 2022 para ser precisos) recibiría lo que los expertos llaman «actualización de alta luminosidad». De un modo u otro, lo cierto es que el LHC tiene las manos llenas por lo menos hasta el año 2025, con una extensión de diez años más sobre la mesa, sin embargo, eso no impide a las mentes maestras del CERN pensar en lo que podría ser el sucesor del LHC. ¿Su nombre? CLIC.

Nuestra fuente habla sobre 44 kilómetros de largo, pero el gráfico lo muestra un poco más largo. Seguramente habrá cambios con el paso del tiempo…

El Compact Linear Collider no es una idea precisamente nueva que digamos, y si obedecemos a la información oficial disponible, más de 40 instituciones en 22 países participan del proyecto. Otro dato muy interesante es que cuenta con una especie de «competidor», el International Linear Collider o ILC, que de ser aprobado podría ubicarse en Japón, el Fermilab estadounidense, o el propio CERN. Aún así, el CLIC posee una ventaja muy importante, que es la de operar a niveles de energía mayores (3 TeV del CLIC contra 1 TeV del ILC). Otros detalles técnicos revelan que el CLIC estaría formado por un túnel de 44 kilómetros de largo, al contrario del LHC que se asemeja a un óvalo.

¿Por qué se necesita otro colisionador con el LHC en tan buen estado y con tanto trabajo por delante? En términos muy relajados que obligarían a cualquier científico a golpearme con un libro de física en la cabeza, el LHC es un colisionador protón-protón, lo que «resta precisión» en cierto modo a las mediciones de partículas elementales. En cambio, el CLIC es un colisionador electrón-positrón, y con niveles de energía en el orden de 3 TeV además de un diseño especialmente optimizado, los datos obtenidos serían mucho más precisos. Claro que, la construcción del CLIC no será considerada por lo menos hasta el año 2020, y si hablamos de costos, sólo su primera fase sería un 50 por ciento más cara que la del LHC. Tal vez las cosas cambien dentro de algunos años, pero es un proyecto para seguir muy de cerca.

Escrito por Lisandro Pardo

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