Emmanuele Jannini, de la Universidad de L’Aquila en Italia, dice que es posible determinar si una mujer tiene un punto G o no.
El famoso punto G es la atalaya de los orgasmos femeninos. En tanto la mayoría de los hombres afirma que es un mito, varias mujeres incapaces de alcanzar un orgasmo sin estimulación del clítoris, se preguntan por qué sus parejas no pueden encontrarlo. Un nuevo estudio realizado por Emmanuele Jannini podría demostrar que esto ocurre porque algunas mujeres, simplemente, carecen de tal fisiología.
El estudio de Jannini se basó en premisas simples. Realizó un ultrasonido vaginal a 20 mujeres (9 que han experimentado orgasmos vaginales y 11 que no), analizando el tejido entre la vagina y la uretra, donde se cree que está el punto G. El ultrasonido demostró que las 9 mujeres que podían alcanzar un orgasmo por penetración, tenían un tejido más grueso que las 11 mujeres que no. Según Jannini, esto significa que las mujeres que no evidencian dicho engrosamiento del tejido, no tienen un punto G y por ende no pueden tener orgasmos vaginales.
Varios investigadores están en desacuerdo con esta conclusión, incluyendo a Beverly Whipple, miembro del equipo que inventó el término “punto G” en 1981. Según los detractores, el estudio carece de datos relevantes como el tamaño del clítoris de cada mujer y sus hábitos sexuales. Whipple dice que el estudio es interesante, pero Jannini debería realizar el ultrasonido luego de que las 11 mujeres con tejido más fino se hubieran estimulado (ya que se cree que el área del punto G se inflama en respuesta al placer físico).
Quizás Jannini debería ponerse en contacto con el Dr. Stuart Meloy para que facilite su orgasmatrón a las mujeres de su estudio, y ver si con la apropiada estimulación los resultados son los mismos. De ser así, sería una esperanza ambigua para las mujeres que no gocen del beneficio del punto G. Por un lado les aseguraría que no hay nada que estén haciendo mal pero, por otro, les quitaría toda esperanza de alcanzar un orgasmo vaginal alguna vez. Aunque quizás para algunas sea un alivio dejar de intentarlo y dedicarse a perfeccionar la estimulación del clítoris.
