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«Disc rot», o por qué tus discos ópticos pueden morir

Espero que jamás encuentres esto…

Todos los discos ópticos requieren un cuidado especial. Se trata de algo básico, pero la mayoría de los usuarios ignora ese detalle, y como si fuera poco, lo cierto es que no necesitan de nuestra ayuda para caerse a pedazos. La supuesta invulnerabilidad de los discos ópticos se convierte en una simple anécdota frente a los efectos del llamado «disc rot», una combinación entre el deterioro físico y químico que inevitablemente lleva a errores de lectura, y en el peor de los casos, a la pérdida total de datos.


Una enfermedad puede presentar varios síntomas a la vez, y lo más probable es que comiencen como algo inofensivo. Un dolor aquí, un poco de tos allá… honestamente podría escribir un libro al respecto. Pero al igual que un humilde servidor, existen ciertos objetos cotidianos que sufren problemas de salud. La mayoría de ellos se evitan con un mínimo de mantenimiento y precaución. Filtro de aire, cambio de aceite, estabilizadores de tensión, limpieza… la lista sigue. Y después hay otros que se manifiestan con el paso del tiempo. Un buen ejemplo está en los discos ópticos.

Algunas personas quedan con el corazón roto cuando descubren que su preciada colección de CDs podría terminar hecha polvo si los fabricantes no hicieron la tarea en su momento. La «buena» noticia es que siempre tenemos la posibilidad de realizar un respaldo antes de que sea demasiado tarde. La «mala», es cuando hay demasiados datos para respaldar, o el disco original es irreemplazable.


Disc Rot, el enemigo silencioso de tus discos ópticos

La famosa «mancha de té» que comienza a arruinar muchos discos

El «disc rot» no es algo nuevo. En 1988, un representante de Nimbus Records, primer fabricante y distribuidor de CDs en el Reino Unido, se encargó de arrojar la bomba: Los discos compactos se «autodestruirán» en ocho o diez años. El resto de las compañías involucradas en el mercado de los CDs querían decapitar a este representante, pero su explicación era precisa. Las tintas utilizadas para imprimir en la cara superior de los discos se comen la laca protectora que cubre la capa de aluminio. Al quedar expuesto, el aluminio se oxida, el láser de lectura no se refleja correctamente, y empiezan los errores.

Hay dos maneras de detectar esto. La primera es colocar el disco frente a una luz y buscar en la superficie pequeños puntos que la dejan pasar, no más grandes que el extremo de una aguja (un daño básico en la superficie puede ser confundido con disc rot de este modo). La segunda es lo que se describe como una «mancha de té» en la superficie de lectura. Otra variante es el llamado «bronceado» del disco. Si bien es mucho más raro, un disco afectado comienza a ganar el color del bronce, desde el borde hacia el centro.


Completamente podrido

Y no, el disc rot no se limita al audio. PC, Mac, Sega CD, Saturn, Dreamcast… pocos escapan a su destrucción una vez que da inicio. Los fans del formato LaserDisc pueden contar una historia de horror tras otra con su «laser rot», también asociado a la oxidación de las capas de aluminio, causada por adhesivos mediocres. Y los seguidores del vinilo tienen las manos llenas. Deformación por calor o almacenamiento deficiente, humedad, «groove burn» o vinilo de mala calidad son sus enemigos.

Ahora, ¿qué podemos hacer? La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos compartió algunos datos: Los DVDs son un poco más resistentes al disc rot debido a que la capa reflexiva está dentro del policarbonato, los discos grabados en forma casera no duran tanto, y el almacenamiento apropiado (ambiente controlado, sin grandes variaciones de temperatura y humedad) definitivamente ayuda (varias décadas para un disco estándar), al igual que una correcta manipulación.

(De nuestros archivos, publicada originalmente en febrero de 2017, con varios ajustes… y sigue siendo igual de válida. Si tienes algún disco preciado, nunca es mala idea verificar que su superfice esté en orden…)



Escrito por Lisandro Pardo

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