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El día que los Furbies causaron una «crisis» de seguridad nacional

Muchos creían que era un mito… pero ahora hay documentación oficial

Furby NSA

Furbies. Recuerdas a los pequeños demonios, ¿verdad? Causaron una verdadera locura colectiva tras su lanzamiento en 1998. La temporada de Navidad se convirtió en un campo de batalla, y algunos padres llegaron a intercambiar puñetazos para obtener sus codiciados juguetes. Sin embargo, la crisis se extendió más allá de los centros comerciales y las jugueterías, hasta llegar a las puertas de la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos. ¿Por qué? Porque se creía que el juguete tenía un «chip de inteligencia artificial» en su interior, capaz de grabar y (potencialmente) repetir información clasificada…


La gente ha perdido la cabeza por muchos productos, pero el «efecto Furby» al otro lado del charco superó cualquier definición previa de hype o manía. La locura fue tan grande que incluso terminó siendo parodiada por Los Simpsons con Funzo, el muñeco destructor de la competencia («Grift of the Magi», S11E09). Pero a los padres peleando en centros comerciales y las burlas en televisión, también se sumó una situación muy extraña: La prohibición de Furbies en la Agencia de Seguridad Nacional.


Los Furbies como «amenaza de seguridad»

Se vendieron más de 40 millones de Furbies en sus primeros tres años. La locura era total.

La gran mayoría de las fuentes apuntan a un artículo publicado por el Washington Post el 13 de enero de 1999, titulado «A Toy Story of Hairy Espionage». Su texto habla de una «Alerta Furbie» (sic) emitida en la intranet de la agencia a principios de diciembre de 1998, la cual destaca que todo equipo personal fotográfico, o de grabación de audio y vídeo pertenece a la categoría de «ítems prohibidos», condición que además se extiende a juguetes como «Furbies» con grabadores integrados que repiten el audio con «sonido sintetizado» para imitar la señal original.


El mensaje original

Todo esto surgió luego de que un empleado (cuyo nombre permanece clasificado) publicó un mensaje reportando que encontró dos Furbies en una oficina, que poseen «chips de inteligencia artificial integrados». El empleado en cuestión ni siquiera pudo escribir el nombre de los juguetes correctamente (los llamó «Fropie’s»), pero el hecho de que «podían aprender patrones de habla» y escribir nuevos datos en su chip, los convertía en un «riesgo de seguridad». Otro empleado filtró los detalles a la prensa… y la bola de nieve se hizo gigante.


«ALERTA FURBIE»

Ahora, durante mucho tiempo se creyó que la historia era falsa, una construcción para aprovechar la locura mediática que rodeaba al juguete. Sin embargo, el usuario de X llamado «Dakotathekat» realizó una solicitud FOIA (Freedom of Information Act) relacionada a la «Alerta Furbie», y la documentación no sólo confirma la historia original, sino que además revela la reacción de empleados y autoridades en la agencia después de que la noticia salió a la luz. En uno de los documentos se menciona que «un show de radio en vivo de Sudáfrica» se contactó con la NSA para hablar sobre la prohibición de los Furbies.


🤣🤣🤣🤣

Por supuesto, el verdadero problema es que todo comenzó con información incorrecta. Los Furbies no pueden grabar nada, y el micrófono sólo estaba allí para que cada juguete respondiera a sonidos externos. Aún así, definitivamente recomiendo leer los documentos, en especial el llamado «Listserve». ¡Enlace más abajo!


Accede a los documentos: Haz clic aquí

Fuentes: 404 Media, Washington Post


Escrito por Lisandro Pardo

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