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El lector digital de 1935

Libros impresos versus libros electrónicos. La eterna discusión. Que el tacto del papel, que el olor de la pula versus la posibilidad de tener una biblioteca entera en tu lector digital. Y si esta discusión te parece moderna, en este artículo te contamos que ya se venía dando desde 1930, en donde el microfilm hacía su aparición como una alternativa para guardar los libros y partituras. Tanto es así, que hasta se creó una especie de prototipo de lector de libros mecánico. Algo así como un lector digital de 1935.

¿Sobrevivirán los libros impresos o sucumbirán ante la comodidad y accesibilidad de los electrónicos? A pesar de tener ciertas esperanzas de que pase lo primero, sólo el futuro dirá si el libro tiene un valor simbólico mucho más importante que las desventajas en relación a los ebooks. Vaticinios van, vaticinios vienen, desde que Edison dijo que los libros del futuro se imprimirían sobre hojas de níquel hasta otras predicciones que indicaban que los libros se proyectarían en el techo de tu hogar, muchos inventos e inventores han dejado huella de lo que podría ser la evolución de esta tecnología, siendo un caso particular el del lector digital del futuro, en 1935.

La imagen data de 1935 y fue publicada en la revista Everyday Science and Mechanics, un clásico de todos los tiempos en el que el invento se presentó como el paso siguiente en la tecnología detrás del divertimento del hombre común. Básicamente se trataba de un lector de microfilms montado sobre un poste o trípode y que permitiría reproducir libros, música y otros formatos usando un proyector de microfilms que permitía, según palabras de la publicación de la época, fotografiar libros y poner las copias sobre el dispositivo para una examinación. El sistema actuaba agrandando los microfilms y podías mover la pantalla en el ángulo correcto, pasar de hojas con un botón y ajustar el foco de la pantalla, tal y como un lector digital actual.

Toda la idea detrás de la tecnología del microfilm estaba basada en una necesidad de miniaturización de los libros y del contenido disponible en la época, de forma que fuera fácil de acumular y no ocupase tanto espacio. Es por esto que incluso hoy algunas instituciones de los Estados guardan sus documentos en microfilm, una tecnología patentada en 1859.

El concepto de este lector digital de 1935 parece hoy totalmente impráctico, incluso para la época. Es que tener que usar semejante aparato para ver libros o leer partituras se volvía bastante incómodo, aunque estamos seguros que con tal de usar una máquina tan moderna para la época, a muchos no le hubiera importado. ¿Y tú qué prefieres? ¿Leer en papel o en digital?

Escrito por Nico Varonas

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