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Fukushi Masaichi: El mayor coleccionista de tatuajes ajenos

Y cuando decimos «ajenos», no son sólo fotos…

Fukushi Masaichi

Tatuajes. Desde trabajos apresurados con una calidad cuestionable hasta proyectos gigantescos que se extienden por años, es difícil negar su profundo perfil artístico. Los tatuadores expertos seguramente podrán describir a un número más exacto de problemas asociados a los tatuajes, pero en estos momentos se me ocurren dos: Su compleja reversibilidad, y el hecho de ser creados sobre un medio perecedero como es la piel humana. Sin embargo, un médico japonés conocido como Fukushi Masaichi dedicó buena parte de su vida a preservar tatuajes «rescatándolos» de los cadáveres de sus dueños…

Mucha gente en la Web disfruta al hacer un face swap con sus tatuajes, una actividad que suele garantizar resultados graciosos y espantosos. Al mismo tiempo, algunos profesionales lograron abrazar por completo a los nuevos medios de comunicación, y los usan para compartir sus obras, en los que combinan conceptos tan diferentes como los tatuajes tribales y los circuitos electrónicos. Formas de expresarse, simples impulsos, proyectos a largo plazo… la definición de tatuaje cambia con cada persona, pero una cosa es segura: No son para siempre.


Fukushi Masaichi: El coleccionista de tatuajes

Algunos son trozos. Otros… cuerpos completos

Tarde o temprano, los dueños se los llevarán a la tumba. Toda esa combinación de esfuerzo y creatividad se perderá, pero en el pasado hubo alguien que se dedicó a salvarlos. Se trata de Fukushi Masaichi, un médico japonés nacido en 1878. Fukushi fue el creador de la única colección de tatuajes en el mundo, recuperados de los cadáveres. A mediados de la década de 1920, este patólogo enfocó su atención en los irezumi, tatuajes tradicionales japoneses. Logró formar una muy buena relación con sus pacientes, quienes encantados con la idea de proteger sus tatuajes le dieron autorización explícita para hacerlo. De hecho, se cree que Fukushi llegó a financiar la finalización de algunos tatuajes.

La dedicación de Fukushi Masaichi se transformó en una gigantesca colección con 2.000 tatuajes «reales» y unas 3.000 fotografías. Lamentablemente, la mayor parte de ese material se perdió durante la Segunda Guerra. Sólo una fracción sobrevivió gracias a que Fukushi la guardó en un refugio antiaéreo. El hijo de Fukushi, Katsunari, se ha encargado de preservar el legado de su padre. Varios de los tatuajes sobrevivientes se encuentran en el Museo de Patología de la Universidad de Tokio, pero no se encuentra abierto al público.








Escrito por Lisandro Pardo

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