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Granada Nuclear: 7000 Kg de TNT en tus manos

Las armas nucleares vuelven a estar en la mira de los encargados de decidir qué tipo de armamento será el más conveniente para los próximos años. En este caso, en lugar de competir por una bomba atómica más grande y poderosa, las superpotencias intentan crear el arma nuclear táctica perfecta: la granada nuclear, el Santo Grial de los amantes de la guerra.

A lo largo de la Guerra Fría, que se extendió a lo largo de una buena parte del siglo pasado, las superpotencias de turno estaban enfrascadas en una terrible carrera para ver quién era el que podía construir el ingenio nuclear de mayor capacidad de destrucción. Cuanto más grande, destructiva y cara, mejor. El sueño de los generales de hace 20 o 30 años era disponer de una bomba con la capacidad de borrar del mapa una ciudad grande.

Pero los tiempos cambian y luego de una breve pausa, en la que incluso se desmantelaron una buena cantidad de armas nucleares (muchos opinan que aprovecharon para liquidar el stock vencido), el armamento nuclear vuelve a estar de moda. De alguna manera es algo (retorcidamente) lógico: algunas de las más grandes bombas de explosivos convencionales tienen tanto poder destructivo como las nucleares más pequeñas.

No hace mucho, los rusos, con su bomba de vacío (también llamada bomba termobárica) sacaron del primer puesto a la que los norteamericanos llamaban “la madre de todas las bombas” (sí, es un ranking increíblemente idiota). El artefacto, de 7.100 kilogramos de peso, esparce sobre la zona donde es arrojado un combustible pulverizado que se mezcla con el oxígeno. Al ser detonado, incinera todo organismo vivo. Lo que se dice, una verdadera máquina de matar.

Pero los ingenieros militares están buscando la forma de obtener explosiones nucleares pequeñas, muy controladas, que puedan utilizarse en operaciones tácticas. La idea es poder, por ejemplo, derribar un puente o un edificio con una pequeña granada de mano. Obviamente, va a ser muy difícil que se llegue a semejante tamaño, pero seguramente se van a acercar bastante. Como hemos dicho en otras oportunidades, el disponer de un suculento presupuesto hace maravillas con la inventiva de la gente (aunque se trate de crear algo que se utilice luego para matar a otra gente).

Con un perfil decididamente bajo, y muy lejos de las portadas de los diarios, los investigadores realmente están trabajando en el proyecto. Algunos intentan crear un arma que sea lo más limpia posible, ya que de nada sirve derribar un bunker enemigo si en los próximos 100.000 años no va a ser posible arrimarse para extraer el petróleo que hay debajo de él.

DARPA, como no podía ser de otra forma, tiene su propio proyecto. Basándose en un isótopo del hafnio, capaz de liberar una enorme cantidad de radiación, intenta poner a punto la llamada Bomba Darpa # 1. Por supuesto, el secreto sobre las características de este ingenio es total, y no tenemos idea de su verdadero poder o tamaño.

El desafío, para los físicos, es enorme. Deben reducir no solo la cantidad de material nuclear presente en el artefacto, sino también su blindaje. La bomba debe seguir siendo segura para quienes se encarguen de transportarla y detonarla, pero tiene que explotar como se espera que lo haga. También, el mecanismo de disparo, enorme en las bombas nucleares convencionales, deber ser miniaturizado y seguir funcionando con la estabilidad suficiente como para que no falle o se dispare cuando no debe (dando una sorpresa de muerte a quienes transportan la bomba).

Un ingenio nuclear semejante seguramente sería empleado a mansalva en la guerra del futuro. Para la mentalidad de un militar, un explosivo de semejante poder, que pueda transportarse en un Hummer, o arrojarse desde un pequeño avión espía no tripulado, es invaluable.

Algunos de los científicos que trabajan en estos proyectos hacen su descargo de conciencia afirmando que esta misma tecnología podría emplearse para la construcción de pequeños reactores nucleares, capaces de alimentar con su electricidad a una ciudad pequeña. James Carroll, un investigador del Pentagono pertenece a esta corriente. Por supuesto, es bastante posible que no sea más que una forma de engañarse a sí mismos, para poder dormir por las noches.

Escrito por Ariel Palazzesi

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