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IVy: El coche solar más rápido

Coches solares hay muchos, pero ninguno es tan veloz como el IVy, construido por unos estudiantes australianos y piloteado por Barton Mawer. La semana pasada batió el récord de velocidad puesto en 1988 por GM. El coche, que utiliza 400 células solares y 1300 watts de electricidad, alcanzó 88Km/h –el anterior había sido de 79Km/h– y creen que con algunos ajustes puede ir aún más rápido.

Hemos visto varios coches solares a lo largo de los años y hasta un superdeportivo, pero hasta el momento el más veloz había sido construido en 1988, cuando el Sunnyracer de GM alcanzó 79Km/h. Ahora, luego de tantos años, fue roto hace unos días por un coche creado por estudiantes en la Universidad New South Wales en Australia. El nuevo record ahora es de 88Km/h y lo hicieron con un piloto profesional al volante.

El coche, llamado Sunswift IV –o IVy, como lo llaman cariñosamente–, tuvo dos intento de 500 metros ida y vuelta para romper el récord y se reportó un promedio de 88.7 kilómetros por hora con el piloto australiano, Barton Mawer, al volante. Según explicó luego, la manera de conducirlo cambió drásticamente luego de quitarle la batería de 25 kilogramos que utilizan para los viajes largos. De todos modos, opina que con algunos balanceos podría ir aún más rápido.

Su diseño es similar al Eleanor, el coche solar del MIT, que también tiene una forma casi plana y está recubierto por células solares. En el caso del IVy, son 400 células de silicio que le permite andar por tiempo ilimitado, siempre y cuando el sol este presente. Pero el aspecto que le da orgullo a sus creadores es la cantidad de electricidad que usa: 1300 watts. Lo mismo que necesita una tostadora… que seguro no es tan veloz como este coche.

Las pruebas fueron realizadas en la base de la fuerza naval australiana, en la ciudad de Nowra. Pero el próximo destino es el World Solar Challenge (Desafío Solar Mundial), a llevarse a cabo en octubre con un coche aún más veloz. Mientras tanto, pasarán por colegios a lo largo de Australia para inspirar a los jóvenes a interesarse en esta rama de tecnología. Y tampoco se niegan a la idea de que otro equipo rompa su récord, ya que eso les permitiría desarrollar coches aún más eficientes. Eso se llama competición sana y, es la única que debería existir, porque es la única que construye.

Escrito por Tomás Garcia

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