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La poción de la sonrisa de la muerte

Científicos de Cerdeña creen haber resuelto el misterio de “la sonrisa que desafía a la muerte” de los antiguos sardos. La responsable seria una planta que se encuentra en esa isla, llamada oenanthe fistulosa. Además de resolver un enigma de casi 30 siglos de antigüedad, los botánicos de la Universidad de Cagliari creen que la planta en cuestión podría ser útil en la elaboración de drogas destinadas a tratar casos de parálisis facial.

La “sonrisa sardónica” o “sardonicus risus” es un retorcimiento de los músculos faciales, que debe su nombre a la creencia de que los cartagineses asentados en Sardinia, cuando eran condenados a muerte, bebían una poción que les hacía sonreír antes de morir. Se cree que el poeta griego Homero fue el primero en utilizar el término de “sonrisa sardónica”, y que lo acuñó como una adaptación de la antigua palabra Sardinia, que denominaba a la actual Cerdeña. La poción de la sonrisa de la muerte, en realidad,  provocaba una contractura generalizada de la musculatura de la cara, similar a la que genera el tétanos.

El tétanos es una enfermedad producida por una toxina que genera la bacteria Clostridium tetani, cuyas moléculas viajan hasta el sistema nervioso central del paciente provocándole una contracción generalizada de todos los músculos del cuerpo, incluidos los de la cara. Esto puede impedir la acción de los músculos torácicos encargados de la respiración, provocando la muerte del paciente, que deja este mundo con una extraña sonrisa en su rostro. La sonrisa se debe a la contracción de los músculos maseteros (o masseter) que produce lo que científicamente se llama trismus, o imposibilidad para abrir la boca. Algo así como la cara del Guasón, pero en los muertos.

Pero los científicos de Cerdeña han develado el misterio detrás de “la poción de la sonrisa de la muerte”. Parece que un vegetal muy común en la isla, llamado oenanthe fistulosa, contiene una sustancia que al ser ingerida en forma de poción provoca en quien la bebe una contracción muscular compatible con la “sardonicus risus”. Los botánicos de la Universidad de Cagliari creen que esta planta termina con el misterio de los sardos, y que además el compuesto que se podría extraer de esta planta -debidamente dosificado- ayudaría en el tratamiento de algunos tipos de parálisis facial.

Mauro Ballero, el jefe del Departamento de Botánica de la Universidad de Cagliari, dice que  “nuestro descubrimiento coincide con lo que muchos antropólogos culturales han expresado sobre los rituales de la muerte entre los antiguos sardos. Los cartagineses estaban convencidos de que la muerte era el inicio de una nueva vida, a la que saludaban con una sonrisa”. Por supuesto, se trataba de una sonrisa falsa, provocada por la oenanthe fistulosa. El equipo de Ballero ha publicado su trabajo en la última edición del US Journal of Natural Products, terminando con un misterio de 2800 años de antigüedad.

Escrito por Ariel Palazzesi

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