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La policía japonesa pone a prueba un dron que caza a otros drones

El mundo del anime nos ha permitido conocer algunas interpretaciones muy curiosas de la policía japonesa, incluyendo robots gigantes que patrullan las calles… pero esto es la vida real, y al parecer las autoridades niponas ven a ciertas cosas como serias amenazas, incluyendo a los drones. Esto ha llevado a la policía de Tokio a realizar pruebas con un dron interceptor de alto rendimiento equipado con una red, cuyo único objetivo es perseguir y atrapar a otros drones que se encuentren volando en zonas prohibidas.

La historia nos hace retroceder a abril pasado, cuando un hombre de 40 años aterrizó un dron en el techo de la oficina del primer ministro japonés Shinzō Abe. Lo que podría haber sido considerado como una simple broma se convirtió en una amenaza completa para las autoridades cuando el piloto del dron (identificado más tarde como Yasuo Yamamoto) decidió cargar al vehículo con una pequeña cantidad de arena radiactiva, a modo de protesta contra la política nuclear actual del gobierno japonés. El potencial de los drones como armas resiste casi cualquier análisis, pero lo cierto es que dicho potencial va más allá de lo militar. Para la policía de Tokio, una alerta fue suficiente, y se han puesto a trabajar.

 

La primera idea es combatir fuego con fuego, y eso significa que a partir de la segunda mitad de diciembre se iniciarán pruebas avanzadas con un dron interceptor. A diferencia de los típicos drones que podemos encontrar en el mercado hoy, el aparato es un hexacóptero de alto rendimiento, con la capacidad de cargar una red de tres por dos metros. El dron entrará en acción apenas se detecte a otro aparato en espacio aéreo prohibido, y se espera que con su maniobrabilidad superior pueda atraparlo en el aire. La policía de Tokio combinará el uso de este dron con advertencias a través de altavoces para indicar al piloto del dron invasor que debe retirarse.

Si los resultados son positivos, es muy probable que a partir de febrero se active un «escuadrón de drones», cuyo rol será proteger edificios de alto perfil, entre ellos el Palacio Imperial y la antes mencionada oficina del primer ministro. Si alguien se pregunta por qué la policía no le dispara al dron directamente, la respuesta es muy sencilla: Nadie quiere que un dron caiga sobre la cabeza de alguien, y en especial si está cargado con un material peligroso. Las autoridades japonesas han dicho que operan imaginando el peor de los casos, o sea, un ataque terrorista basado en un dron equipado con una bomba. La posibilidad es remota, pero existe.

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Escrito por Lisandro Pardo

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