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La historia del cassette: Los 50 años del cassette

Antes de Grooveshark, el MP3 y el CD hay una historia en la música y en los formatos de distribución, y ésta está protagonizada por el cassete. El formato que inventó Phillips tiene medio siglo de servir como medio de transporte de la música que amábamos, y cualquiera que tenga más de 20 años tiene que tener alguna anécdota con ellos. Aquí va nuestro homenaje por los 50 años del cassete.

Y así, mirando cómo el bolígrafo hacía girar al cassete, fue que descubrimos cómo funcionaba el sistema de rebobinado. Una tontería, pero un descubrimiento que fundamentada nuestro propio accionar. No sólo estábamos ahorrando baterías en nuestro walkman, sino que también creábamos una máquina sin querer. La historia del cassete tiene sucesos como este y como muchos más, pues 50 años de existencia y al menos 40 de uso masivo lo hacen proclive a ser un formato que cambió vidas, o que al menos las acompañó bastante. Hace algunos días se celebró su 50 aniversario y tanto Phillips, su creador, como toda la internet especializada se ha hecho eco de esta reliquia revolucionaria que una parte de nuestros lectores no llegaron a utilizar.

La historia del cassete se remonta a 1962, año en el que Philips terminó de darle los detalles finales al sistema del cassete. En 1963, el formato se hacía público introduciéndolo al mercado a través de la feria Berlin Radio Show (hoy conocida como IFA). Allí, el cassete mostraba un tamaño mucho más pequeño y abría el mercado y la industria a reproductores más simpáticos con el bolso y bolsillo de la dama y el caballero. Con un cuarto del tamaño del formato portátil de la época, el Fidelipac, el cassete de Philips estaba lleno de características innovadoras. Por ejemplo, como sus bobinas eran más pequeñas pero a la vez más capaces, ya que estaba divida en dos la cinta, podía funcionar utilizando una batería de menor carga. Menos energía necesaria gracias a un mecanismo más elaborado implicaba dispositivos más pequeños, y ahí es donde el cassete revolucionó el mundo de la música y de las grabaciones en general. Tenía altibajos a nivel sonido, muchos problemas con las cintas, inconsistencias y mucho más, pero a nivel portabilidad, no había con qué competirle.

Uno de los primeros logros fue lo que muchos podrían considerar como el walkman moderno, o el grabador moderno. El modelo primigenio fue el EL-3300, que con 1.3 kilos de peso, podía cargar un cassete y gracias a un micrófono y 5 baterías de 1.5 Volt podía grabar entre 30 y 45 minutos de audio por lado. Si bien como formato el cassete triunfó desde temprano gracias a la implementación técnica en él, uno de los verdaderos motivos por los cuáles su auge fue imparable durante años reside en que Phillips aceptó no cobrar los derechos que muchos inventores de formatos suelen solicitar. De esta manera, fabricar cassetes era posible para cualquier fabricante y no tenía que pasar por la oficina de pagos para darle nada a Phillips.

Otra gran virtud del cassete está en el formato regrabable, ya que esto permitía usarlos varias veces por personas que no tenían mucho conocimiento sobre música ni audio en general. Simplemente se rebobinaba y se grababa encima, con la eventual pérdida de calidad luego de varias pasadas. Esto influyó en mucho a nivel musical, pues ayudó a que surgiera la primera gran camada de la piratería, que difundió a muchos artistas desconocidos para muchos, tanto por falta de promoción y problemas de distribución como por incapacidad de acceso a ellos por motivos económicos. Uno de los rubros más beneficiados fue el HipHop, que a través de los cassetes pudo hacer crecer su cultura musical a través de fiestas y jams. Esto ya había sido un éxito menor en los 70 cuando se compartían los recitales de Gratefull Dead grabados en cassete, pero en los 80 explotó con el hip hop y ayudó a establecer a un género que hoy tiene decenas de millones de seguidores en todo el mundo. Por cierto, también le dio vida y origen a los famosos mixtapes o cassetes de mezclas. Esos en donde podías grabar las canciones que pasaban en la radio y mezclar en el lado B a Public Enemy con Shania Twain y Backstreet Boys (escalofríos).

Curiosidades

La revolución iraní de 1979 comandada por el Ayaollah Khomeini se benefició de la existencia de los cassetes, ya que a través de este formato se distribuían sus sermones, esquivando la censura y prohibición del régimen del Shah.

También en política, un caso conocido como El escándalo del Cassete conmovió a Ucrania en el 2000, cuando conversaciones secretas grabadas en cassete terminaron confinando al presidente de Ucrania, Kuchma, a un descrédito inapelable al ser acusado públicamente de secuestros y otros crímenes.

En la literatura, los cassetes tuvieron una mención muy similar a un homenaje como en Eterno Resplandor de una mente Brillantes, La naranja mecánica, Niños eléctricos y No digas. Además, en el libro High Fidelity y en la mítica película Wayne’s World.

Escrito por Nico Varonas

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