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Cómo mejorar tus fotografías con un filtro polarizador

El mes pasado tuvimos la oportunidad de hablar sobre filtros fotográficos, y sus aplicaciones recomendadas en cada caso. De más está decirlo, la mayoría de los efectos pueden ser reproducidos por la vía digital, pero quienes prefieran el método tradicional, definitivamente deberían invertir en algunos filtros. Hoy vamos a estudiar de cerca al llamado filtro polarizador, que además de ser simple y económico, hace una diferencia enorme dependiendo de la situación.

Agua, vehículos, estructuras metálicas… nada escapa a una lente cuando el fotógrafo encuentra el lugar y el momento, aunque hay ocasiones en las que el ambiente simplemente no coopera. No se le puede pedir al Sol que brille más o menos, ni al cielo que presente un color más vivo, por lo tanto, el fotógrafo debe trabajar alrededor de esas limitaciones, y los filtros son sus primeros aliados. Hace poco mencionamos el uso recomendado para los principales filtros, sin olvidar al resto del equipo que un fotógrafo debería tener en su mochila, pero si existe una especie de «punta de lanza» entre los filtros, sin lugar a dudas caemos en el territorio del filtro polarizador.

Los ejemplos están cruzados aquí: El filtro polarizador puede eliminar el reflejo del agua y brindar acceso a las rocas en el fondo, o hacer lo mismo sobre las hojas, dando lugar a un verde más intenso

¿Qué es lo que hace con exactitud? En primer lugar, el rol del filtro polarizador es optimizar el contraste entre el cielo y las nubes. En determinadas escenas, el cielo no se presenta tan azul como nos gustaría, pero eso cambia con la ayuda del filtro polarizador. Algo similar sucede al momento de fotografiar vegetación. Si la planta, el árbol o la flor se ve perjudicada estéticamente por un exceso de reflejo en su superficie, el filtro puede atenuar eso, lo que nos lleva a su otro rol principal, que es el de amortiguar reflejos sobre superficies metálicas, cristales, o agua. Esto le permite al filtro ser muy útil en aquellas situaciones en las que se busca cierto efecto de transparencia, por ejemplo, fotografiar las rocas depositadas en el fondo del agua. En términos sencillos, el efecto depende del ángulo, y una manera de probar esto es colocando al filtro frente a la pantalla de un ordenador. Gira el filtro, y verás cómo el paso de luz cambia. Aprenderás a controlarlo en tu cámara con la práctica, y no tengas miedo en cometer errores.

Un simple ejercicio: Gira el filtro polarizador frente a una pantalla

La mejor parte de los filtros polarizadores es que no debes sacrificar tu presupuesto a dioses oscuros para obtenerlos. De hecho, el mercado ofrece opciones de muy buena calidad a precios que hubieran sido imposibles algunos años atrás. Gloxy y los filtros Hoya son los primeros nombres que vienen a la mente, con valores que promedian los 20 o 30 euros, dependiendo del diámetro que posea el objetivo. Otro detalle a destacar es que las tiendas los ofrecen lineales o circulares. Después de muchos intercambios, la gran mayoría de los usuarios sugieren a los principiantes volcarse en favor de los filtros polarizadores circulares y evitar así conflictos con el autofocus de la cámara, pero son tan baratos que hay mucho espacio para experimentar. Y aquí es cuando mi trabajo termina. Compra un par de filtros, toma tu cámara, y ve afuera.

 

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Escrito por Lisandro Pardo

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