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Misterio resuelto: El extraterrestre de Atacama… no es un extraterrestre

Las pruebas genéticas revelan un origen local, y perturbador

«Ata» es el nombre del esqueleto de 15 centímetros encontrado en un pueblo abandonado del desierto de Atacama 15 años atrás. Su extraña apariencia rápidamente instaló la posibilidad de que Ata fuera un visitante de otro planeta, dando lugar a un amplio número de hipótesis. En 2013, un microbiólogo de la Universidad de Stanford determinó que Ata era en realidad humana, lo cual fue confirmado recientemente por expertos en la Universidad de California después de secuenciar su genoma. Sin embargo, la historia no termina allí: El estudio del ADN reveló que al menos siete de sus genes sufrieron notables mutaciones, que estarían vinculadas con la forma final de su cuerpo.

La historia del esqueleto «Ata» es fascinante. Originalmente descubierto por el chileno Oscar Muñoz en el pueblo abandonado de La Noria en el año 2003, Ata pasó a manos de un coleccionista español, y durante los últimos 15 años ha desafiado a los expertos, al mismo tiempo que alimentó toda clase de conspiraciones relacionadas con un potencial origen extraterrestre. Con menos de 15 centímetros de longitud y extrañas características físicas (entre ellas, cráneo elongado y 10 pares de costillas en vez de 12), Ata dejó fascinados a ufólogos en todo el mundo, pero la ciencia no tardó demasiado en entregar respuestas más sólidas.

Humana, con varias mutaciones inusuales en sus genes, y probablemente muerta al nacer

En el año 2013, el profesor de microbiología e inmunólogo Garry Nolan de la Universidad de Stanford concluyó que Ata era local, aunque no logró establecer por completo la causa de sus malformaciones. La última pieza del rompecabezas llega gracias al propio Nolan, un amplio equipo de colegas en la Universidad de California (San Francisco), y la secuenciación completa del ADN de Ata. El reciente estudio finalmente confirma que Ata era una niña humana, con 64 mutaciones «inusuales» en al menos siete genes conocidos por provocar malformaciones esqueléticas mayores, o acelerar su desarrollo (algo compatible con evaluaciones previas, que apuntaban a una edad de 6-8 años al momento de su muerte).

A esto se suma un posible defecto de nacimiento conocido como hernia diafragmática congénita, que impide el desarrollo completo del diafragma. En la opinión del profesor Nolan, Ata nació muerta o perdió la vida inmediatamente después de su nacimiento, unos 40 años antes de su descubrimiento en Atacama. Con el misterio resuelto, ¿qué es lo que sigue para Ata? Resolver este misterio demandó 15 años y unos 300 mil dólares entre inversiones directas y tiempo de laboratorio. El conocimiento extraído de los huesos de Ata podría ayudar a tratar condiciones similares en el futuro, y a entender mejor el mecanismo detrás del crecimiento óseo, pero de acuerdo con Nolan, el mejor cierre sería que Ata regrese a Chile y reciba un entierro apropiado.

Escrito por Lisandro Pardo

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