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NIF: Un pequeño sol en la Tierra

A la hora de hacer experimentos, los científicos de los Laboratorios Lawrence Livermore no se andan con chiquitas: están desarrollando un láser que puede generar temperaturas de casi 100 millones de grados Celsius. La energía de la luz que emitirá el cacharro es unas 1.000 veces mayor que toda la electricidad generada por los Estados Unidos.

Cuando uno menciona números como estos, puede ocurrir que nuestro cerebro no alcance a apreciar por completo su magnitud. Cien millones de grados Celsius, por ejemplo, es la temperatura existente en el corazón de una explosión nuclear. Y justamente eso es lo que quieren simular los muchachos del Lawrence Livermore, dentro del laboratorio y sin ensuciarse las manos.

Para ello, han preparado un enorme edificio, con un tamaño aproximado al de un estadio olímpico, en el que los ingenieros han colocado una súper estructura que sostiene 192 rayos láser, cada uno de los cuales enfocado con mucha preedición sobre un blanco que tiene el tamaño ridículamente pequeño, y se encuentra a más de trescientos metros de los generadores láser. Es monumental juguete ha sido bautizado como NIF, por National Ignition Facility (Instalación Nacional de Ignición)

El objetivo tiene el tamaño de una aspirina y está compuesto básicamente de átomos de hidrógeno. Luego del impacto combinado de los casi 200 haces láser, el objeto alcanzará la inimaginable temperatura de 82 millones de grados Celsius. Con este experimento los científicos pretenden echar luz sobre lo que sucede en la explosión de una bomba de hidrógeno, sin necesidad de volar por los aires un atolón coralino (o una ciudad como Hiroshima).

Ed Moses, director del proyecto de este proyecto de física -que de tener éxito producirá el láser más poderoso del mundo- dice que la precisión a la hora de apuntar cada uno de los 192 rayos láser es la misma que se necesitaría para acertar con una moneda a la ranura de un parquímetro… ¡desde 65 kilómetros de distancia! “Esa es la precisión que necesitamos tener”, dice Moses, mientras que espera que su súper linterna tenga la potencia suficiente para recrear en el laboratorio la energía disponible en el centro de las estrellas.

Unas 10 milésimas de segundo después de presionar el botón “POWER”, en el interior de cada dispositivo láser se producirá el milagro mediante el cual la energía de la luz es amplificada millones de veces para crear un breve pulso que tendrá 1.000 veces más potencia que todo el poder generador de electricidad de los Estados Unidos. Al impactar sobre el blanco de hidrógeno se producirá una fusión de átomos en la que se liberará más energía que la generada por los 192 rayos láser. Los científicos denominan este efecto “ignición de fusión”, y es el mismo que tiene lugar al estallar una bomba de hidrógeno.

En caso de que no vuele por los aires, esta herramienta les permitirá a los científicos realizar muchos experimentos de física de alta energía y alta densidad, brindando datos fundamentales para saber más sobre las estrellas, la generación de energía eléctrica mediante la fusión nuclear y, por qué no, crear “mejores” armas atómicas.

Escrito por Ariel Palazzesi

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