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Noruega construye su bóveda de renacimiento

El calentamiento global ha sugerido nuevos conceptos del fin del mundo, y mientras algunos intentan evitarlo, otros se dedican a la salvación posterior a la hecatombe.El gobierno de Noruega se ha unido al Fondo Global de Diversidad de Cultivos para asegurar la supervivencia de la biodiversidad agricultural, a través de la construcción de la “Bóveda Internacional de Semillas de Svalbard” (cariñosamente llamada Bóveda del día del juicio final). Los noruegos no ha dejado fuera ninguna teoría, su bóveda está preparada para resistir guerras nucleares, cambios climáticos, colisiones de meteoritos o cualquier otro cataclismo que destruya la vida en el planeta. Aunque los diseñadores de la bóveda no están totalmente seguros de que pueda sobrevivir un golpe directo de una bomba nuclear, aseguran que sí podrá superar un ataque nuclear aéreo o distante.

En el interior de la fortaleza, que contará con dos bóvedas separadas, se guardarán muestras de todas las variedades de semillas de cultivo disponibles en todos los países del mundo. La capacidad total de las dos bóvedas combinadas es de 3 millones de semillas. La clave de la supervivencia es la diversidad, dicen, pues diversidad es lo que habrá en materia de cultivos. El problema es saber cuántas semillas serán capaces de adaptarse a un nuevo escenario post-holocausto o a la destrucción ecológica del calentamiento global.

La construcción apocalíptica estará ubicada en la remota isla de Svalbard, al norte de Noruega, unos 1000km dentro del Océano Ártico. La montaña Spitsbergen fue la elegida para albergar la salvación, primordialmente por sus nieves perpetuas. Si el sistema de refrigeración fallara, el hielo de la montaña mantendría a las semillas congeladas a unos -5ºC. Con la refrigeración funcional, dentro de las bóvedas la temperatura será de -18ºC lo que mantendrá a las semillas vivas pero incapaces de germinar. Los científicos consideran que a esa temperatura las semillas pueden sobrevivir de 20 a cientos de años dependiendo del tipo de cultivo.

Las bóvedas se encontrarán a 130m sobre el nivel del mar, altura suficiente para protegerla de los efectos del cambio climático sobre el nivel de las aguas (los científicos consideran que en el peor de los casos, el derretimiento de hielos de la Antártida crearía un incremento de la masa oceánica de 61m como máximo). Un túnel de concreto de 120 metros conectaría a las dos bóvedas con la entrada en la montaña, lo que aseguraría que estos dos recintos serían por completo inafectados por cualquier cambio en el exterior. Para proteger el tesoro global, los túneles contarán con varias puertas reforzadas que se interpondrán entre la entrada y las bóvedas, además de una vigilancia en video constante. La entrada a la construcción no estará oculta, por el contrario, tendrá un diseño entre artístico y dramático para llamar la atención en caso de que todos los que saben de la bóveda desaparezcan de la faz de la tierra. Lo que no está aclarado aun, es cómo se supone que un superviviente logre atravesar las puertas de seguridad de los túneles si no queda nadie responsable del proyecto con vida (ya que la estructura ha sido diseñada de manera que no necesite ningún tipo de asistencia humana)

La construcción de la estructura comienza en Marzo de 2007, con un costo de €3.814.465, y debería estar terminada para Septiembre del corriente año. Una vez que la estructura este completa, empezará a recibir semillas alrededor del mundo, aunque su apertura oficial está planeada para el invierno del 2008.

El planeamiento suena interesante, aunque parece incompleto. Si es precavido o paranoico es algo que queda a juicio abierto. Lo único que es seguro respecto de esta estructura, es que hay gente que se toma esto del fin del mundo muy en serio…

Escrito por editorwp_constanza

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