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Nueva batería se carga en dos minutos y dura 20 años

¿Cansado de esperar a que la batería de tu portátil recupere su carga? ¿Aburrido de que el smartphone pida a gritos más energía en el momento menos indicado? Las baterías necesitan dar un salto evolutivo cuanto antes, y puede que la Universidad Tecnológica de Nanyang tenga la clave para ello, con el desarrollo de nuevas unidades que recuperan el 70 por ciento de su carga en dos minutos, y duran hasta veinte años.

“Carga oportunista”. Esa es la sugerencia principal para cualquiera que me pida detalles sobre la duración de la batería en sus dispositivos móviles. También ayuda mucho visualizar el hecho de que estamos ante una batalla perdida. ¿Por qué? Porque llevamos en nuestros bolsillos un ordenador alimentado por una batería que quedaría mucho mejor en una linterna, una radio pequeña, o un mando a distancia. La carga oportunista, una expresión formal para el clásico “conecta todo a su cargador apenas sea posible”, reduce aquellos intervalos en los que una batería no tiene asistencia externa, prolongando así su duración. Sin embargo, este cambio de conducta por parte del usuario ayuda hasta cierto punto. La sensación de que la tecnología de litio parece estancada flota en el aire desde hace un buen tiempo, y los supercapacitores han prometido mucho, pero no hemos visto ninguna “fusión” de conceptos a nivel comercial aún.

El profesor Chen Xiaodong (de pie) supervisa el trabajo del investigador Tang Yuxin y el estudiante Deng Jiyang durante la creación del prototipo

Obviamente, no podemos negar que hay expertos tratando de mejorar a las baterías actuales. Un grupo en particular se encuentra estacionado en la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur. Su último anuncio podría cambiar definitivamente la forma en la que trabajan smartphones, tablets, ordenadores y coches eléctricos. Se trata de una nueva batería que reduce drásticamente los tiempos de carga, e incrementa en gran medida la cantidad de ciclos que puede soportar. En primer lugar, la batería restaura el 70 por ciento de su capacidad en dos minutos, y en segundo lugar, tolera hasta diez mil ciclos de recarga, un equivalente a 20 años de uso convencional. La clave está en la aplicación de nanotubos de dióxido de titanio como ánodo en la batería. Ese rol suele pertenecer al grafito, pero el dióxido de titanio es un material común y económico, usado como pigmento en múltiples rubros.

Los responsables de esta batería ahora buscarán los fondos necesarios para crear un prototipo a gran escala, y comprobar la viabilidad del diseño. El interés de la industria ya está allí, y una compañía cuyo nombre no ha trascendido se encuentra en proceso de adquirir las licencias correspondientes para su producción. En el mejor de los casos, sólo habría que esperar dos años para ver a estas baterías en el mercado. Por ahora, las proyecciones son excelentes. Una batería con ánodo de dióxido de titanio es más barata, y posee una densidad energética mayor. Hasta el propio Rachid Yazami, inventor del ánodo de grafito para las baterías de litio, ha dicho que es “el siguiente gran salto” para la tecnología de baterías.

Escrito por Lisandro Pardo

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