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Plantas que crecen en cualquier estación (Yale)

Uno de los problemas que enfrenta la agricultura es que la mayoría de las plantas sólo pueden ser cultivadas en determinadas estaciones del año. Uno no puede sembrar maíz en cualquier momento y lograr que se desarrolle correctamente. Hay que esperar que las condiciones de temperatura y luz sean las adecuadas, situación que para buena parte de los vegetales que usamos como alimento se da solo en dos o tres meses del año. Podemos decir que dentro del ADN de cada especie vegetal hay una especie de “calendario circadiano” que  controla sus funciones básicas y determina el momento en que se producirá -por ejemplo- su desarrollo o floración, condicionando el momento en que dicho cultivo es viable. Un equipo de la Universidad de Yale parece haber encontrado la forma de modificar los genes de las plantas para que puedan crecer en cualquier momento del año. ¿Será viable?

Todos sabemos que las plantas no crecen en cualquier estación. Algunas necesitan del calor del verano, y otras florecen en el más crudo invierno. Esas características condicionan el lapso de tiempo en que se puede realizar cada cultivo, y la cantidad de alimento que puede producir cada región del planeta. Pero una modificación genética adecuada, que modifique un engranaje genético clave identificado por los investigadores de la Universidad de Yale, podría eliminar esta limitación al hacer posible el cultivo en cualquier estación del año. La investigación en cuestión ha sido realizada por un equipo dirigido por Xing Wang Deng, que se despeña como profesor de Biología Molecular, Celular y del Desarrollo en la mencionada universidad, y los resultados publicados en la edición de este mes de la revista “Molecular Cell”. Se trata de un trabajo que podría tener amplias implicaciones para la agricultura mundial, ya que al posibilitar el  cultivo de alimentos en cualquier estación del año abarataría y aumentaría su producción. Además, este cambio en los genes de las especies vegetales les permitiría ser cultivadas en latitudes que generalmente no le son propicias.

Se trata de un trabajo que podría tener amplias implicaciones para la agricultura mundial.

A la hora de consumir alimentos que provienen de vegetales modificados genéticamente es bastante común encontrar cierta reticencia. Algunos grupos ecologistas se oponen terminantemente, y otros -menos radicales- sugieren que se necesitan hacer estudios más complejos antes de permitir la creación de una especie modificada que -accidentalmente- pueda “invadir” el territorio de otras. Sin embargo, el equipo de Yale se muestra entusiasmado con las posibilidades de su trabajo. “Los agricultores se ven limitados por las estaciones del año pero, a través de la comprensión del ritmo circadiano de las plantas que controla funciones básicas tales como la fotosíntesis y la floración sería posible diseñar variedades capaces de crecer en diferentes estaciones y lugares“, explica Xing Wang Deng. El mecanismo interno que han identificado en las plantas es el equivalente al “reloj interno” que poseen casi todos los organismos y que participan en la sincronización de los procesos biológicos que dependen del día y la noche. En las plantas, el mecanismo no solo “ajusta” el comportamiento con los cambios diarios sino que también tiene influencia en la forma en que la planta se comporta a lo largo de las estaciones.

El trabajo realizado en Yale resuelve uno de los pocos misterios que que aún no se habían desvelado sobre el reloj interno de las plantas, al identificar el gen DET1. Este gen es el que debe ser modificado para cambiar el ciclo circadiano. “Las plantas que producen menos DET1 tienen un reloj circadiano más rápido y necesitan menos tiempo para florecer“, explica On Sun Lau, uno de los miembros del equipo. “Conocer los componentes del reloj circadiano de las plantas y las funciones que desempeñan nos ayudará en la selección y la generación de características vegetales valiosas en las plantaciones.” Este trabajo también tendrá aplicaciones mas frívolas, como el desarrollo de plantas ornamentales capaces de florecer durante todo el año. También puede resultar útil para la producción de biocombustibles. ¿Funcionará? Posiblemente. Solo habrá que esperar para ver que ocurre cuando se intenten comercializar los alimentos producidos de esa manera.

Escrito por Ariel Palazzesi

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