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Retroinformática: Sord M5 (1982)

El Sord M5, un ordenador de origen japonés lanzado en 1982 y poco difundido fuera de ese país, tenía un aspecto general similar a las máquinas de Sinclair, pero con características internas bastantes similares a lo que más tarde sería un MSX. Sus teclas eran de goma, como las de un Sinclair Spectrum, pero su chip de vídeo -un TMS 9929- permitía generar 256 x 192 píxeles en 16 colores y hasta 32 sprites, algo que las máquinas de Sir Clive eran incapaces de conseguir. Consiguió hacerse de un mercado interesante en Japón y Checoslovaquia antes de desaparecer para siempre.

La década de 1980 probablemente haya sido la más prolífica en cuanto al número de ordenadores personales aparecidos en el mercado. Casi todas las semanas aparecía un nuevo ordenador en el mercado, y una especie de “darwinismo informático” se encargaba de que solo unos pocos modelos fuesen exitosos. El resto, lamentablemente, terminaban discontinuados y olvidados en poco tiempo. Sin embargo, en ese grupo de “fracasados tecnológicos” se encontraban máquinas que tenían un gran potencial y características -como mínimo- interesantes. Uno de ellos es el Sord M5, un pequeño ordenador personal presentado en 1982 por la Sord Computer Corporation, en Japón.

Sord M5 (1982)

El Sord M5 era, físicamente, bastante parecido al Sinclair Spectrum con teclas de goma que la empresa de Sir Clive había convertido en un éxito masivo solo unos meses antes. Ambos tenían prácticamente el mismo tamaño y un teclado similar (de goma y con una diminuta “barra espaciadora”) aunque allí terminaba el parecido. Mientras que el Spectrum y casi todos los demás ordenadores de la época incorporaban un intérprete BASIC en sus tripas (léase “memoria ROM interna de 8KB”), este necesitaba de un cartucho conectado en su puerto de expansión para que pudiese programarse sin limitaciones. El puerto mencionado siempre estaba ocupado por un cartucho con ROM extra en la que se encontraba el software necesario para que se convirtiese en algo útil.

Era, físicamente, bastante parecido al Sinclair Spectrum con teclas de goma.

Como ventaja, esta forma de trabajo permitía a su fabricante proporcionar una buena cantidad de versiones del lenguaje BASIC. En la caja del Sord M5 se incluía un cartucho con el Basic-I (por “Basic Integer”), que era el más simple de todos los disponibles. Pero el usuario podía optar por el Basic-G (por “Basic Graphic”) que había sido escrito prestando especial atención a los gráficos y con los que se podían programar juegos muy interesantes. Otras de las opciones era el Basic-F (por “Basic Float“), que proporcionaba las rutinas de punto flotante indispensables para los cálculos matemáticos avanzados. Obviamente, al igual que casi todos los ordenadores de esa década era posible cargar software desde una cinta de casete, por lo que las aplicaciones escritas por el usuario o por terceros podían almacenarse y distribuirse en ese soporte.

Desde el punto de vista técnico el Sord M5 se parecía mucho más a un MSX que a cualquier máquina producida por Sinclair. Si bien utilizaban el mismo microprocesador, un Z80 de Zilog que  funcionaba a 3,58MHz, el ordenador japones incluía chips especializados en la generación de audio y vídeo que lo convertían en una máquina mucho más avanzada. Del aspecto gráfico se encargaba un TMS9918 de Texas Instruments, el mismo que se podía encontrar en ordenadores como el TI-99/4A. Este integrado era capaz de generar un modo de texto en 24 filas de 40 columnas (con caracteres de 8×6 píxeles) o un modo gráfico de 256x 192 píxeles y 16 colores. Había 224 caracteres que podían ser redefinidos por el usuario y -lo mejor de todo- los mismos 32 sprites (pequeños gráficos de hasta 16×16 píxeles que se podían mover libremente por la pantalla) que tanto llamaban la atención en el TI-99/4A.

En cuanto al sonido, un chip SN76489 se encargaba de generar tres canales de sonidos de 6 octavas cada uno y otro de ruido. El volumen podía ser controlado por el usuario en 15 pasos discretos. La memoria RAM incorporada era de entre 4 y 36KB, y había 16KB de vídeo RAM. En cuanto a los puertos de expansión, además del mencionado antes para los cartuchos de ROM había dos dedicados a sendos mandos de juegos (incluidos con la compra del ordenador), uno para impresora y las infaltables salidas para conectar un TV  (que hacia las veces de monitor) y el grabador de cintas de audio. Un detalle como mínimo curioso es que el puerto de expansión mediante cartuchos poseía una gran tapa (con el interior pintado de amarillo) para protegerlo del polvo, pero como siempre había que tener un cartucho insertado para poder trabajar con el Sord M5, la tapa estaba permanentemente abierta y proporcionaba al ordenador un aspecto extraño.

En lineas generales era un buen ordenador, con un hardware potente y muy buenas posibilidades de programación gracias a las variedades de BASIC disponibles. Lamentablemente fuera de Japón tuvo poco respaldo, siendo popular solamente en Checoslovaquia gracias a que fue el primer modelo en comercializarse masivamente. En España, por ejemplo, es un ordenador que prácticamente no tuvo ventas, y hoy cuesta mucho trabajo toparse con uno. La Sord Computer Corporation reemplazó el Sord M5 con los modelos M5 Pro y M5 Jr a finales de 1985, modelos que tampoco conocieron las mieles del éxito fuera de su país de origen.

Escrito por Ariel Palazzesi

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