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The Sims: Medieval

Afortunadamente, The Sims: Medieval es lo suficiente diferente a la serie principal para que llame la atención de una demográfica que va más allá de la gran cantidad de seguidores que tiene el juego principal. Con algunos elementos de RPG, el encanto de siempre de The Sims y las marcas registradas que caracterizan a la serie hacen de esta experiencia una nueva, interesante y divertida, pero a la vez familiar.

Parece que fue ayer cuando The Sims apareció por primera vez en nuestros ordenadores y revolucionó la industria por su estilo fuera de lo común. Fue tal el éxito, que Electronic Arts lo aprovechó cual si fuera la banda Kiss, para sacar todo tipo de expansiones y agregados que al poco tiempo hartaron a cualquiera que no sea un fanático de la serie. Hoy, luego de tres títulos, con sus respectivas expansiones y algunos derivados como Spore y el futuro DarkSpore, vemos un juego de la serie que no pertenece a la serie principal, The Sims Medieval.

Es cierto, en The Sims: Medieval te tiene controlando un personaje como en la serie principal, pero tu mayor responsabilidad no es mantener vivo al Sim, sino darle vida y hacer progresar a tu reino. Aún así, estarás controlando a tu personaje en el día a día, pero esto fue simplificado considerablemente, ya que lo único que debes preocuparte es por dos medidores: hambre y energía. Eventualmente llegarás a controlar a más de un Sim, cuando estén relacionados a la quest actual. Estos son denominados Héroes, que tal como The Sims 3, tienen dos ventajas personales y un defecto fatal, que puedes seleccionar de una larga lista y esto impacta considerablemente en cómo se comporta en el mundo.

Sí, The Sims: Medieval tiene quests y también ambiciones, como en The Sims 3. Estas últimas son objetivos a largo plazo para mejorar el reino y las quests son misiones inmediatas que eventualmente te llevarán a cumplir objetivos. Hay una buena variedad de quests y tú tienes que elegir cuál hacer, qué héroe la llevará a cabo y cómo, ya que todos estos aspectos determinarán el resultado final. Y también continúa la marca de la serie, puedes tener romances con otros Sims, casarse, tener hijos, hacer todo tipo de líos en el reino y hasta morir antes de que llegue tu hora. Lo mismo va para la personalización de tu hogar, que en este caso es un castillo gigante.

Como siempre, The Sims: Medieval logra algo muy difícil, tenderle la mano lo suficiente al jugador para que sepa qué tiene que hacer y cómo, y también suficientes opciones para que se sienta estimulado a seguir probando cosas y divertirse con la experimentación. A esto le sumamos el típico encanto de The Sims, con personalidades extrañas y el clásico idioma Simlish. La diferencia principal es que aquí muchas veces se transcribe literalmente lo que dijeron, ya que necesitas saber qué hacer en las quests.

Y como tiene similitudes con The Sims, también existen problemas similares con Medieval. Por momentos controlar la cámara es un problema, sobre todo fuera del castillo; de vez en cuando los Sims no hacen lo que les dices y se quedan dando vueltas sin hacer nada y hay algunos bugs molestos que frustran. Y uno de los problemas más grandes, es que solo puedes cumplir una misión a largo plazo por reino. Una vez que lo alcanzas, tienes que volver a empezar para cumplir otro. Es una pena, pero a la vez es lo que mantiene la frescura.

Más que nada The Sims: Medieval es un juego divertido. Una vez que cumples una de estas misiones a largo plazo, prácticamente has ganado el juego, pero puedes seguir jugando de una manera más libre, eligiendo libremente el héroe que quieres usar y las quests que quieres seguir. Medieval logra parecerse a The Sims, mientras ofrece una experiencia muy diferente a lo que estamos acostumbrados y eso es algo que muchos fanáticos apreciarán. Puedes conseguirlo por €44,95 exclusivamente para PC.

Puntaje: 75%

Conclusión: A primera vista, puede parecer otro intento de sacarle jugo a The Sims, pero Medieval tiene suficientes diferencias para ofrecer un tipo de juego diferente e interesante.

Escrito por Tomás Garcia

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