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To bit or not to bit: ¡Demuestran que las Leyes de Murphy son falsas!

Si te dijera que las llamadas “Leyes de Murphy” no son ciertas, tal vez no sería una novedad. Pero si, además, te contara que quienes viven creyendo en esas leyes pueden tener una vida más complicada que quienes no lo hacen, posiblemente obtendríamos tu atención. La psicología llama a esto prejuicio cognitivo y los científicos lo han comprobado hasta con demostraciones matemáticas. Una historia que empieza hace más de cincuenta años con un cuento de ciencia ficción y un experimento de la Fuerza Aérea de los EE.UU., y sigue vigente hasta hoy. Estás a un click de distancia de saber por qué todo nos sale mal.

“Si algo puede salir mal, saldrá mal”. La frase es muy conocida como la famosa Ley de Murphy. Pues bien, está demostrado que la ley y todos sus corolarios no son ciertos (ya sean corolarios serios o creados para brindar una cuota de humor). Antes de contarte detalles, empecemos por un poco de historia. Lo primero es que Murphy nunca pronunció esa frase.

Murphy en sus años de cadete militar.

Corría el año 1949. Edward A. Murphy Jr., un ingeniero aeroespacial, se encontraba trabajando en un proyecto de prueba fuerzas G de cohetes y frenos sobre rieles para la Fuerza Aérea de los EE.UU., denominado Proyecto MX981. Durante una de las pruebas se utilizó un (sufrido) chimpancé, al que un asistente de Murphy cableó para tomar lecturas referidas a la desaceleración. Después de la prueba, detectaron que la medición fue errónea debido a que el asistente conectó todos los cables al revés. La versión más difundida es que Murphy, ofuscado, se refirió poco amablemente a su ayudante diciendo: “Si este hombre tiene forma de hacer algo mal, lo hará”. Como vemos, el tal Murphy no tenía nada de simpático, y su expresión no fue enunciada como la famosa ley que todos conocemos.

El proyecto MX981, donde el mito urbano dice que Murphy pronunció su famosa frase.

La verdadera historia es que la ley en realidad es la llamada Ley de Finagle de los negativos dinámicos, y es una frase que fue pronunciada por un dios de ficción creado por el escritor Larry Niven en uno de sus cuentos de la época.

NO APTO PARA LA VIDA DIARIA

Más allá de la historia, lo cierto es que, en su trasfondo, este tipo de leyes pueden útiles para cualquier desarrollo que aplique diseño defensivo, como por ejemplo en el software, evaluando de antemano todos los posibles errores que el usuario pueda posteriormente cometer.

Sin embargo, suponer que algo puede suceder no implica que efectivamente suceda, y está demostrado que aplicar esta ley en los diferentes aspectos de nuestra vida diaria puede llevar a muchos problemas, ya que implica un continuo sentido pesimista de la existencia.

Como “aplicaciones prácticas” hay surgido muchos corolarios a la ley, la mayoría conocidos por todos, y que han sido convenientemente refutados. Uno de los más famosos es el del pan con mantequilla, del que se dice que siempre cae con la mantequilla hacia abajo. Lo cierto es que la altura promedio de una mesa en relación a la velocidad de rotación de la tostada hace que casi siempre el pan no tenga espacio suficiente para dar más que media vuelta. Ningún destino fatal, sino simple física.

Otros casos han dado lugar incluso a desarrollos de papers científicos, como es el caso del corolario de la ley que dice que “si vamos en coche, siempre estaremos en el carril que va más lento”. La demostración determinó, en resumidas cuentas, que se trata de un problema perceptivo, ya que los conductores de coches casi siempre hacen esta observación cuando se encuentran en un carril lento, y no prestan atención cuando efectivamente están en un carril rápido.

Y hay algo aún más interesante: a diferencia de la ley “general” de Murphy, que es fatal, muchos corolarios implican una decisión por parte de la persona, lo que agregaría un elemento de libre albedrío propio sobre la fatalidad que propala la ley principal.

Lo cierto es que este tipo de distorsiones de la realidad tienen un fuerte componente sicológico y están ampliamente estudiadas. La psicología los llama sesgos o prejuicios cognitivos. Un evento negativo o positivo lleva consigo información, ya que es menos frecuente que un evento neutro, y nuestro cerebro tiende a recordar más esta información, ya que se desvía de lo estándar. Por lo tanto esto, sumado al continuo sentido pesimista, hace que al mirar hacia el pasado sea más fácil que recordemos las situaciones negativas antes que ninguna otra (por ejemplo “siempre pierdo el autobús justo cuando estoy llegando a la parada”).

Muchas personas tenemos la tendencia a seleccionar de cada situación los datos que confirmen nuestros preconceptos y a ser críticos o descartar los que los contradicen. También, los estados de ansiedad o de cercanía de concreción de un deseo suelen alterar la percepción, llevando a una lectura errónea de la realidad.

En resumen, amigos, que me perdone Murphy, pero, salvo cuando tengo que diseñar un sistema, siempre trato de tener un cauto optimismo acerca del futuro y no pensar que todo va a salir mal.

Como es habitual, espero sus dudas, críticas, elogios, quejas y sugerencias en los comentarios aquí debajo. Y ahora los dejo porque acabo de perder todo el contenido de uno de mis discos rígidos y el backup está irrecuperable.

Un evento negativo o positivo lleva consigo información, ya que es menos frecuente que un evento neutro, y nuestro cerebro tiende a recordar más esta información, ya que se desvía de lo estándar.

Escrito por Gianni Sabbione

Gianni Sabbione es editor literario, científico y músico. Como editor trabajó y trabaja en editoriales y medios internacionales de EE.UU., España y Latinoamérica. Es asesor en reorganización y automatización de áreas de IT e investigó en IA y redes neuronales.
Es cantante de sus bandas de hard rock solista y de Color Púrpura, y aprovecha su perfil en Neoteo para promocionarlas. Al menos hasta que se de cuenta el Sr. Director del sitio.

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