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Un mono puede manejar un brazo robótico con el pensamiento.

Un grupo de científicos de Estados Unidos lograron enseñarle a un mono como controlar un brazo robótico mediante sus señales cerebrales.

Los investigadores pertenecen al centro médico de la Universidad de Duke (Carolina del Norte), y han hecho declaraciones a la prensa en el sentido de que el animal es capaz de mover el miembro mecánico de la misma manera que utiliza sus propios brazos. Este tipo de experimento busca mejorar la interfaz de las prótesis sofisticadas que algún día podrán utilizar personas con parálisis, amputadas o que han sufrido algún tipo de daño en la columna vertebral.

El experimento consistió en implantar una serie de electrodos en el cerebro de dos monos rhesus hembras. Una recibió 96 electrodos, y la otra 320. Después de realizar la operación en los simios, comenzaron a analizar las señales que capturaban los electrodos mientras que los monos manejaban un brazo mediante un joystick.

Una vez que los Rhesus fueron capaces de controlar el brazo, lo reemplazaron por una imagen en una pantalla, mientras que el brazo estaba ubicado en otra habitación. Esto hizo que el desempeño de los simios decayera, pero pronto aprendieron a manejar la imagen que veían en la pantalla.

Cuando los científicos les quitaron el joystick, los monos intentaron mover el brazo moviendo sus extremidades en el aire. A los pocos días, uno de los simios se dio cuenta de que en realidad no necesitaba emplear sus miembros para mover el objetivo. Al poco tiempo era capaz de controlar el brazo robótico sólo con su cerebro, guiándose por la retroalimentación visual que recibía mediante el monitor.

El profesor Miguel Nicolelis, del equipo de investigadores, dijo al respecto: "Nuestros análisis de las señales cerebrales mostraron que los animales aprendieron a asimilar el brazo en su mente como si se tratara de su propio miembro".

No cabe duda de que este tipo de experiencias puede sentar las bases para prótesis que sean realmente fáciles de controlar por sus dueños. Sin embargo, no es muy difícil imaginar el tipo de estímulos al que se sometieron las monas durante la experiencia, o el fin que habrán tenido. A veces, resulta bastante complicado congeniar el fin con los medios empleados para conseguirlos.

Escrito por Ariel Palazzesi

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