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Adolescente construye un ordenador de 8 bits

Jack Eisenmann, un joven aprendiz de genio que recientemente acaba de terminar el instituto, ha diseñado y construido su propio ordenador de 8 bits. Dotado de un sistema operativo escrito desde cero y con algunos juegos clásicos disponibles, la máquina de Jack utiliza un televisor normal como monitor. Puede desplegar gráficos monocromáticos con una resolución de 240×208 píxeles y dispone de 64KB de memoria RAM. No es muy diferente de la mayoría de los ordenadores comerciales que hemos analizado en nuestra sección “Retroinformática”, pero esta vez, todo ha sido construido en casa.

La década de 1980 estuvo marcada por la aparición de cientos de ordenadores cuyo funcionamiento era posible gracias a algún modelo de microprocesador de 8 bits. Desde los más populares, como el Commodore 64 o el Apple II hasta los prácticamente desconocidos en occidente como el Galaksija, todos utilizaban un tamaño de palabra idéntico: 8 bits. Pero el tiempo pasa, y lo que hace 30 años era “tecnología de punta” solamente al alcance de unos pocos ingenieros hoy se ha convertido en material -prácticamente obsoleto- que se encuentra al alcance de cualquier aficionado con ganas de ensuciarse las manos.

Jack Eisenmann es un joven muy inteligente que acaba de terminar el instituto. Suponemos que es un gran admirador de la tecnología de 8 bits, ya que se ha tomado el trabajo de diseñar desde la nada y construir su propio ordenador. Ha utilizado unos 50 chips “TTL” para dar vida a su creación, una máquina capaz de desplegar imágenes monocromáticas con una resolución de 240×208 píxeles sobre un televisor convencional. Jack también escribió un sistema operativo para su máquina, y programó algunos juegos. Si “biblioteca de software” incluye joyas de antaño como el “Pong” y el “Get Muffin,” una versión más o menos reconocible del Donkey Kong de toda la vida. El ordenador posee 64KB de memoria RAM, 6 de los cuales se destinan a la gestión de las imágenes de vídeo. Es obvio que la máquina de Eisenmann no representa una amenaza a los negocios de Nintendo, Sony o Microsoft, pero no deja se ser un trabajo sumamente interesante que más de uno querrá imitar. ¿No te parece?

Escrito por Ariel Palazzesi

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