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Aire acondicionado en exteriores: La estrategia de Catar contra el calor

El clima es insoportable… ¿pero no empeora las cosas?

Catar

El mundo futbolístico tendrá su próxima gran cita dentro de tres años en Catar. Ahora, si notas que su organización está un poco desplazada en el calendario, no te equivocas: La Copa se jugará durante el invierno, en un intento por compensar las implacables olas de calor. Sin embargo, con picos de 46 grados a la sombra, la decisión ha sido extender el uso de aire acondicionado en todas partes. Mercados al aire libre, calles, centros comerciales… aún si sólo se dedican a ver escaparates, lo más probable es que los turistas reciban una brisa fresca.

«Invierno vs. Verano» es una discusión clásica en países que disfrutan de un clima moderado, pero en Catar no hay ninguna clase de margen para desarrollarla. Sus veranos oscilan entre mínimas de 29 y máximas de 42, con olas de calor que llevan a los termómetros mucho más arriba. El promedio anual (combinando mínimas y máximas) es de 28 grados, y sólo entre noviembre y febrero logran algún respiro. En resumen: Se derriten. Su ubicación geográfica, el avance en la construcción (especialmente a los alrededores de la capital Doha) y los efectos naturales del cambio climático le dan a Catar un perfil térmico complejo, que presenta múltiples desafíos de ingeniería.


El sistema de distribución de aire frío bajo los asientos en el estadio Al Janoub, inaugurado en mayo de este año (Washington Post/Salwan Georges)

Aún así, los residentes decidieron aplicar un poco de fuerza bruta. ¿Qué significa eso? Que están usando sistemas de aire acondicionado en exteriores. Calles, esquinas, mercados, centros comerciales (dentro y fuera de ellos), y los estadios para la Copa del Mundo. En algunos casos construyeron pasajes cubiertos con plantas y otros elementos (ej., quitasoles), pero si los registros indican 45 grados a la sombra o más, se necesita más poder de fuego.


Un pasaje con plantas y quitasoles para reducir el impacto del Sol (Washington Post/Salwan Georges)

El problema es que Catar queda atrapado en un círculo vicioso. Buena parte de los equipos de aire acondicionado consumen energía proveniente de combustibles fósiles, generando gases que contribuyen al calentamiento global. Eso eleva la temperatura, lo cual aumenta el deseo por instalar más equipos de aire acondicionado, consumiendo más energía y emitiendo más dióxido de carbono.


Equipos de aire acondicionado, ventiladores y humidificadores combinados: La furia del verano en pleno julio catarí (Washington Post/Salwan Georges)

Por supuesto, nada le impide a Catar acelerar su adopción de tecnología solar… pero no olvidemos que el país está sentado arriba de 15.000 millones de barriles de petróleo, y del 14 por ciento de las reservas de gas natural en el planeta. Se calcula que la capacidad de refrigeración se duplicará hacia 2030. Hoy, el 60 por ciento de la energía generada por Catar se va en equipos de frío.

Para muchos, es simplemente una cuestión de supervivencia. Demasiado calor impide trabajar y pone en riesgo la vida de todos allí. Una prueba contundente de ello fue el maratón femenino en el mundial de atletismo que se desarrolló en Doha un par de semanas atrás. Estaciones con esponjas y agua helada, equipos de emergencia, inicio de la carrera a medianoche… nada alcanzó. Con un promedio de 33 grados, 28 de las 68 competidoras no pudieron terminar, y varias fueron retiradas en silla de ruedas. Hay muchas dudas sobre la Copa del Mundo, y el calor es una de ellas.


Fuente: Denver Post



Escrito por Lisandro Pardo

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