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Análisis: Ubuntu 10.10 beta

Así es, amigos y lectores de NeoTeo: Estamos llegando una vez más a esa época del año. ¿De qué época hablamos? Del clásico semestre en el que la gente de Canonical nos entrega una nueva versión de Ubuntu. Todavía falta poco más de un mes para el lanzamiento de la versión final, pero hace ya un par de días apareció la beta pública de la versión 10.10. Como siempre sucede en estos casos, hemos descargado una copia con el objetivo de darle un vistazo más de cerca al sistema operativo, y estudiar sus cambios programados.

La próxima versión de Ubuntu, Maverick Meerkat, estará simbolizada por un simple pero curioso juego de números. El número de versión es 10.10, y será lanzada el próximo 10 de octubre, o sea, 10-10-10. En abril pasado le dimos un buen repaso a la versión 10.04, y la conclusión fue que la distro tenía un cierto equilibro entre las cosas que habían sido bien logradas, y las que faltaban corregir. Seis meses después, Canonical tiene una nueva oportunidad para hacer ajustes con Maverick Meerkat, y ciertamente los ha habido. Algunos han resultado ser sutiles, mientras que otros saltarán de forma más inmediata a la vista de los usuarios. Aún así, con un mes por delante, cualquier alteración que veamos ahora puede o no llegar a la versión final, de acuerdo a la funcionalidad que ofrezca y al "feedback" que se reciba de los usuarios. Sin embargo, esta beta llega con un ligero adelanto. La teoría indica que debió haber existido una versión alfa adicional, pero todo parece indicar que en Canonical se tienen mucha fe con esta versión.

Probablemente, el anuncio que más ha marcado a esta versión de Ubuntu es la inclusión de soporte para multi-touch, aunque su disponibilidad final dependerá mucho del hardware en donde se ejecute el sistema operativo. A pesar de ser soportado por todos los aspectos de Ubuntu, incluso con la posibilidad de "encadenar" gestos, es lógico asumir que el desarrollo de esta función se extenderá mucho más allá de la versión final, e incluso es posible que no veamos una funcionalidad completa con 10.10. Por el lado de las actualizaciones, GNOME fue elevado a la versión 2.31, mientras que la aplicación Evolution fue actualizada a la versión 2.30. El reemplazo más importante es el de F-Prot por Shotwell como administrador de imágenes (algo que en parte había anticipado en el análisis de Lucid Lynx), y Gwibber también ha tenido su cuota de actualizaciones, de acuerdo al nuevo sistema de autenticación utilizado por Twitter. El Centro de Software de Ubuntu ha sido ajustado una vez más, ahora con la inclusión de dos subsecciones nuevas: "Destacado" y "Qué hay de nuevo". Finalmente, se anunció un sistema de login mucho más limpio para Ubuntu One. Hasta aquí, el reporte oficial: Es hora de ver a la distro.

Quienes hayan lidiado con versiones beta de Ubuntu antes sabrán que las pantallas presentadas durante la fase de instalación son ligeramente diferentes a las que se ven en la versión final, pero un movimiento interesante por parte de la gente de Canonical ha sido implementar cierta forma de multitarea durante la instalación. En casos normales, el sistema operativo solicita datos al usuario antes o después de la copia de archivos, pero el instalador de Ubuntu 10.10 lo hace durante la copia. Se pueden especificar clásicos parámetros como la distribución del teclado o el huso horario, e incluso es posible indicarle al sistema que se conecte a Internet y descargue actualizaciones. En nuestro caso, encontramos una limitación ya que esta conexión de red recurre a DHCP para funcionar, y el ingreso de parámetros manuales no puede hacerse hasta finalizada la instalación.

El escritorio nos muestra una apariencia que posee mínimas diferencias en comparación con la versión 10.04. En lo que se refiere a la selección de temas, las dos opciones que realmente atraerán la atención de los usuarios siguen siendo Radiance y Ambiance, aunque el resto de los temas merece por lo menos un vistazo. La respuesta del menú principal puede considerarse mejor a lo que habíamos observado en la versión anterior, pero en lo estrictamente visual insistimos en que casi no ha habido cambios. La cantidad de fondos de pantalla se mantiene limitada a apenas 19 ejemplares. Algunos de los diseños que vienen por defecto son muy interesantes, pero lo más probable es que el usuario opte por buscar sus propios fondos. La actualización a GNOME 2.31 es mínima por donde se la mire. Muchos usuarios esperaban encontrar alguna clase de adelanto basado en GNOME 3, pero todo indica que deberán seguir esperando al menos hasta el lanzamiento de la versión 11.04 en abril de 2011, salvo que otra distro logre adoptarlo antes.

Uno de los cambios más evidentes en Marevick Meerkat es el rediseño (una vez más) del Centro de Software de Ubuntu. Las primeras versiones del Centro de Software necesitaban de mucho trabajo. El salto evolutivo presente en 10.04 fue más que interesante, pero ahora parece que han decidido tomar un poco de los dos diseños previos, realizando una combinación que ofrece un aire de simpleza. Las secciones "Destacado" y "Qué hay de nuevo" contribuyen en lo visual, pero no tanto en lo práctico. Por otro lado, la instalación de software desde el Centro funciona a la perfección. La descarga en segundo plano no afecta en nada al funcionamiento general del sistema, y en pocos minutos cualquier usuario podrá tener a su batallón de software preferido, sin siquiera tocar una ventana de terminal. Por supuesto, aquellos viejos zorros del apt-get podrán seguir usándolo sin inconvenientes.

Hablando de aplicaciones, el repertorio clásico de Ubuntu sigue allí, con OpenOffice a la cabeza, en su versión 3.2.1. Brasero, Pitivi y Rhythmbox se encuentran en la sección multimedia, mientras que Empathy, Evolution y Gwibber se encargan de mensajería, correo electrónico y redes sociales, respectivamente. El cambio más significativo es el reemplazo de F-Prot por Shotwell. Cuesta admitirlo, pero la salida de GIMP ha dejado un vacío importante aquí. F-Prot era demasiado simple para poseer alguna utilidad real, y aunque esperábamos su reemplazo, la elección de Shotwell parece desacertada. Es tan básico como F-Prot, sus capacidades de edición son prácticamente nulas, y la necesidad de manejarse alrededor de una biblioteca importando y exportando imágenes es muy incómoda. Como si eso fuera poco, intentamos arrastrar una imagen desde una ventana desde Firefox hacia Shotwell, pero no fue posible. Debimos descargar la imagen al escritorio para que nos permita el arrastre. En otras palabras: Se busca un editor de imágenes para Ubuntu. Ni un administrador, ni un sistema de catálogo. Un editor. GIMP era un bocado demasiado grande para el usuario promedio, pero hasta ahora, las alternativas han sido un mísero canapé.

Como nota final, quedan algunos bordes filosos que, como era de esperarse, están directamente asociados con el estado beta del sistema operativo. Si desean probar a Maverick Meerkat en un entorno virtualizado, la última versión de VirtualBox es incompatible con la versión de X que lleva Ubuntu. El Guest Additions se rehusará a instalarse, por lo que el rendimiento de vídeo será inferior. Otro detalle importante es la ausencia de un acceso directo a Ubuntu One. No estamos seguros de qué ha sucedido, pero en donde debería encontrarse la sección dedicada a Ubuntu One, simplemente no hay nada. Y en su configuración por defecto, el combo formado entre Firefox y Ambiance puede resultar un poco caótico para algunos usuarios.

Hasta aquí, Ubuntu 10.10 se presenta como un "10.04 pulido", con algunos ajustes y retoques que llaman la atención, pero que no deslumbran. En términos Windows, Maverick Meerkat tiene mucho de un Service Pack, pero sería un sacrilegio llamarlo así. Todavía falta un mes para su versión final, y puede haber más noticias en ese tiempo, pero estamos casi convencidos de que en general, esto será lo que veremos en octubre próximo.

Escrito por Lisandro Pardo

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