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Analizamos la pre-beta de Windows 7

Después de su anuncio en la PDC unos días atrás, Windows 7 ha generado un ruido bastante interesante a través de la red. Cada vez hay más imágenes y reportes sobre el sistema operativo, y como no podía ser de otra manera, en NeoTeo decidimos instalarlo y darle una mirada un poco más cercana, alejándonos de los bombos y los platillos. ¿Qué encontramos en este milestone? Algunas cosas nuevas y ciertas ausencias bastante curiosas.

"Cuanto más cambian las cosas…"
"… mas siguen igual". Y eso en parte se aplica también a lo que será el sucesor de Windows Vista. Windows 7 promete cambios y mejoras que intentarán recuperar gran parte del respeto que Microsoft ha perdido durante los últimos 22 meses. Pero al mismo tiempo, no puede alejarse demasiado de lo que Windows ya es. Esta plataforma es la más usada del mundo, más allá de que actualmente existan otras plataformas y otros sistemas que la superen en varios aspectos. La costumbre es un arma muy poderosa, más de lo que muchos imaginan, y cualquier cambio que Microsoft intente introducir en Windows 7 tendrá que ser lo menos invasivo posible para que sus usuarios, tanto los que se han mantenido fieles como los que saltarán a Vista para pasarse a 7, se sientan lo más cómodos posibles con el nuevo entorno.

Por supuesto, esto no justifica en ninguna forma que Microsoft no aplique en su sistema operativo las cuatro virtudes que todos, y repito todos, queremos ver en él: Estabilidad, rendimiento, compatibilidad y facilidad de uso. Sin estas cuatro cosas, no importa qué nombre o qué numero le ponga Microsoft (o cualquier otra corporación, a decir verdad) a su sistema, se volverá un blanco perfecto para el rechazo y la crítica.

El día de ayer llegó a nuestras manos una copia de Windows 7 milestone 3, versión 6801 de 64 bits. Debido a las inevitables incompatibilidades que surgirían debido a su estado de milestone, sumadas al detalle de tratarse de una versión de 64 bits, decidimos que lo mejor sería instalarlo y probarlo en un entorno virtualizado. Claro que esto traería inconvenientes también, ya que oficialmente VMWare Workstation no soporta ninguna versión de Windows 7. Sin embargo, con unas pocas modificaciones pudimos realizar sin problemas la instalación, de la cual obtuvimos algunas imágenes.

¿Modularidad? Bien, gracias
Recuerdo perfectamente que la versión 3.1 de Windows venía en siete disquetes de alta densidad. Ha habido un largo trecho desde esos disquetes hasta los poco más de 3 GB en el disco de instalación de Windows 7. Con el paso de las versiones muchas cosas fueron mejoradas y otras agregadas, pero otras se perdieron. Una de ellas fue la modularidad. Todavía no entra en nuestro rango de comprensión cuál es el inconveniente de Microsoft de darle al usuario la posibilidad de escoger qué aplicaciones y funciones del sistema operativo desea instalar en su ordenador. Nos entusiasmamos mucho cuando vimos la leyenda "Custom" en la fase de instalación, pero al fin y al cabo, no fue otra cosa más que "Custom = instalación full". Esto tiene que quedar en claro: Queremos la modularidad.

En cuanto al resto de la instalación, probablemente te resulte muy familiar. Conteo de porcentaje, petición de número de serie y algunos ajustes más como formato y localización geográfica. En nuestro caso, la instalación tomó poco menos de 40 minutos, tiempo tras el cual llegamos finalmente al escritorio. Sorpresa, sorpresa: ¿Qué hace aquí el escritorio de Windows Vista? Bueno, en un principio creímos que ante la falta de soporte de vídeo para ejecutar Aero, no tendríamos acceso a la nueva barra de tareas. Sin embargo, ha llegado a nuestro conocimiento que la barra de inicio que presentó Microsoft en la PDC está bloqueada. O sea: ¿Mostraron algo y repartieron DVDs con imágenes de Windows 7 que los desarrolladores presentes jamás iban a poder probar porque ese "algo" estaba bloqueado? Sin palabras. Sólo como método de comparación, desbloqueamos la barra y podrás ver los dos escritorios pero, cuando quisimos probar eso de las vistas en miniatura, bueno…

Aplicaciones, interfaz y servicios
La cantidad de aplicaciones internas ha sido reducida. Ya no existen cosas como Windows Mail o Windows Movie Maker. Todo está disponible a través del servicio Live si deseas alguna de estas aplicaciones. Las únicas que permanecen en el sistema son las clásicas como WordPad y Paint, ahora con la nueva interfaz Ribbon, y Windows DVD Maker, también disponible en Vista Home Premium y Ultimate.

Como con todo sistema operativo recién instalado, nos volcamos intensamente a ajustar su configuración. Lo primero que quisimos cambiar fue el formato del menú de inicio, para volverlo a su apariencia clásica. He aquí la primera ausencia sorprendente: No hay menú de inicio clásico. Al mismo tiempo, la opción "Ejecutar" sigue estando oculta por defecto (¿A qué mente diabólica se le pudo ocurrir eso en primer lugar?), y deberás activarla manualmente para hacerla aparecer. No es que sea demasiado molesto trabajar con el nuevo formato de inicio, pero en lo personal extrañaré mucho al modo clásico.

Tras nuestro pequeño dilema con el menú de inicio, nos fuimos directamente a los
servicios. Un punto a favor es que por defecto parecen ser menos los servicios que se
inician con el sistema operativo. Algunos dejaron de ser servicios en sí, como es el
caso de ReadyBoost, pero este sistema sigue estando disponible. Como siempre,
necesitarás un pendrive compatible que posea la velocidad suficiente, pero lo bueno es
que se han removido los límites tanto de espacio como de cantidad. Puedes tener varios
pendrives a la vez usando el tamaño que desees en ReadyBoost.

Ajustando tuercas
En nuestro afán de exprimir al máximo este build de Windows, continuamos con nuestras modificaciones. Llegamos a la sección en donde se controlan los puntos de restauración de sistema. Dichos puntos siguen teniendo la misma funcionalidad de siempre, con el único detalle que el tamaño mínimo ahora es de poco más de 240 MB, contra los 200 MB originales. Algo bueno y que nos gustó: Ahora existe un botón para purgar todos los puntos de restauración. Con otras versiones de Windows hay que recurrir a herramientas hechas por terceros o conformarnos con dejar el último punto de restauración, que dentro de todo es aceptable. En cambio, Windows 7 te permite borrarlos todos. Esperemos que esto quede en la versión final.

De allí nos fuimos directamente al Panel de Control. "¡Habemus iconos!" A simple vista parece que hicieron cría. De la treintena de iconos que puedes encontrar en Windows Vista, ahora hay 60, sin contar el icono que agregó VMWare. Prácticamente cada aspecto del ordenador puede ser configurado, en mayor o menor medida (¿Qué hace allí la configuración para Tablet PC en un ordenador de escritorio? Después nos miran como locos cuando queremos personalizar la instalación). Entre los más llamativos encontramos al calibrador de fuente ClearType. En general, ClearType se ve mucho mejor que la fuente normal, pero en algunos ordenadores la letra aparece demasiado clara. Gracias a este asistente, podrás ajustar el contraste de ClearType para mejorar el aspecto del texto.

Abandonando el Panel de Control nos fuimos directamente al menú de inicio y ejecutamos el Editor de Registro. Ahora: ¿Dónde se metió el UAC? En Windows Vista ya nos hubiera asaltado, insultado y mostrado los dientes. Sin embargo, todavía no nos hemos topado con él, lo cual es bueno. Al parecer el nuevo sistema de regulación para el control de acceso de usuario funciona bastante bien. En cuanto al Registro en sí, ninguna sorpresa. Sigue teniendo la misma estructura, y las cuatro o cinco configuraciones que queríamos modificar en su interior seguían allí.

Programas, Internet y multimedia
Con la conexión de red configurada correctamente (no hay DHCP, por lo tanto los números IP van manualmente), lanzamos a Windows 7 a Internet. Lo primero que se nos ocurrió hacer, ya que no hay restricciones para ello, fue ejecutar Windows Update. Ahora, si te preguntas por qué ejecutar Windows Update en un sistema operativo pre-beta, la respuesta fueron los tres parches que aparecieron, dos importantes y uno opcional. Uno de ellos era una actualización de seguridad que corrige una vulnerabilidad, mientras que los otros dos eran una actualización para Windows Defender, y Microsoft Silverlight como opcional.

En este punto nos pareció una buena idea empezar a instalar algunas cosas encima sobre Windows 7. Lo primero que nos vino a la mente fue Firefox, así que instalamos la versión 3.0.3. Debimos descargarla manualmente ya que el sitio de Mozilla no reconoció a Windows 7. Recién en este punto nos visitó el UAC, indicando que un programa externo a Windows quería modificar el sistema. Confirmada la advertencia, Firefox se instaló sin problema alguno. Incluso nos dimos el gusto de probar el nuevo sistema de mosaicos que utiliza Windows 7 si trasladas la ventana hacia uno de los bordes. Como era de esperarse, Firefox no tuvo problemas con ello.

También instalamos Flash Player 10 en Firefox. En esta ocasión la instalación se realizó sin trabas debido a que Adobe detecta al navegador, y no al sistema operativo. Con Flash instalado, fuimos a dar una vuelta por YouTube y abrimos el primer vídeo que encontramos. Curiosamente, se trataba de uno relacionado con el nuevo presidente norteamericano. El vídeo funcionó a la perfección, incluso en su modo de alta calidad.

Decidimos instalar dos cosas más para ver si nos topábamos con alguna piedra en el camino. Por un lado colocamos Orbit Downloader, especulando que al tratarse de un administrador de descargas que abre muchas conexiones a la vez y se asocia tanto a Firefox como a Internet Explorer, podría llegar a tener algún problema. Sin embargo, no lo hubo. Tras darle la confirmación al UAC, el programa se instaló sin incidentes y las descargas funcionaron a la perfección, previa advertencia del firewall indicando que Orbit quería acceder a Internet.

Al final, nos encontramos con una incompatibilidad. Debido a que el desfragmentador de Windows 7 sigue siendo tan básico como el de Vista, era nuestra intención instalar PerfectDisk para dejar en orden los archivos del disco. Sin embargo, el instalador de PerfectDisk declaró literalmente que el sistema operativo era incompatible, para luego sacarnos a las patadas. También hemos oído reportes de problemas con Daemon Tools (carga un controlador especial que parece no ser del agrado de Windows 7), e irán apareciendo más reportes con el paso del tiempo. A pesar de estar basado en el kernel de Vista, es casi seguro que veremos actualizaciones masivas de muchos programas cuando Windows 7 salga a la calle.

Rendimiento
Se ha hablado mucho sobre los requerimientos de sistema que tendrá Windows 7, sobre su kernel depurado y su menor consumo de memoria. Poco de eso se puede comprobar con un milestone, más allá de tomar algunas imágenes del Administrador de Tareas, que por cierto sigue siendo exactamente igual. Como era de esperarse, SuperFetch toma toda la memoria de sistema disponible y la prepara para acelerar aplicaciones instaladas. No se habló nada de SuperFetch en Windows 7, por lo tanto asumiremos que es igual que en Vista. Lo bueno del entorno virtualizado es que se puede ajustar la memoria RAM disponible para el sistema operativo. Al correrlo con 512 MB de RAM, Windows 7 se arrastraba. Paginaba mucho y todo tardaba en cargar. Pero la diferencia fue muy notoria agregando apenas 256 MB de memoria más. Todo se volvió mucho más fluido y tolerable, y así lo dejamos por el resto de las pruebas. Es un poco pretencioso decir que 768 MB de RAM serían el mínimo operativo para Windows 7 (además de ser mentira, porque se instaló con 512 MB), pero si se mantiene en estos valores, Windows 7 debería poder trabajar dentro de parámetros normales con 1 GB de RAM y algunos ajustes.

Conclusión: En progreso
No hay otra forma de describirlo. Es un milestone, sólo recomendado para pruebas y con fecha de vencimiento. Cualquier intento de conclusión absoluta puede llegar a quedar anulada cuando salga una nueva versión e incorpore más correcciones. Pero nos quedaron muchas sensaciones. Al contrario de como fue Windows Vista en su salida, a Windows 7 lo notamos un poco más con los pies sobre la tierra, no tan soberbio ni arrogante. Su objetivo es reemplazar a Windows Vista, además de venderse como un nuevo sistema operativo. Faltan algunas cosas que queremos ver sí o sí (¡Modularidad, por favor!), mientras que otras no pueden evitar caer en un segundo plano (todo lo estético y visual). Las siguientes versiones de Windows 7 deberían apuntar a mejorar el rendimiento general del sistema operativo, reducir su huella en el ordenador e integrarse de forma más estrecha con el hardware. Los fabricantes cumplirán un rol clave, teniendo en cuenta nuevas tecnologías como el Core i7 de Intel o la aceleración por chip gráfico de la que tanto se habla ahora. El tiempo nos dirá si los próximos builds nos dan la razón, o si sólo cambian para seguir exactamente igual.

¡Buena suerte!

Escrito por Lisandro Pardo

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