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Animación suspendida, versión DARPA

Hace algún tiempo te contamos que DARPA estaba jugando a convertir ratas en zombies. La agencia tiene sueños húmedos en los que ve a sus moribundos soldados convertidos en una especie de muertos vivos capaces de permanecer en ese estado hasta que puedan ser debidamente atendidos.  A pesar de lo extraño de este tipo de proyecto, lo cierto es que la primera fase ya ha sido terminada con éxito, y comienzan a trabajar en la etapa siguiente. ¿Debemos ir afilando nuestras motosierras?

DARPA logra seguir sorprendiéndonos casi a diario. Hace algún tiempo supimos que estaban desangrando ratas para convertirlas en zombies. Si bien a mucha gente le importa tres pepinos que se hace con las ratas, lo inquietante de esto es que la agencia loca del Pentágono realizaba esos experimentos para cogerle el truco al proceso y emplearlo para mantener “semi vivos” a los soldados que resultasen heridos de gravedad en el frente. Han pasado varios meses, y DARPA parece haber aprendido lo suficiente de sus ratitas zombies como para pasar a la siguiente etapa de su investigación. El método que están probando incluye cortar buena parte del suministro de oxigeno de la víctima a la vez que se baja su temperatura, induciendo un estado de animación suspendida. Los científicos responsables de estos experimentos aseguran que el proceso ayudará a proteger a los pacientes que tengan que ser sometidos a  operaciones,  para alargar la vida de los órganos trasplantados e incluso -en el futuro- para someternos a un proceso de criogenización.

Parece que este truco para inducir la animación suspendida da resultado. El secreto consiste en regular precisa y simultáneamente la temperatura del cuerpo y su consumo de oxígeno. Experimentos realizados con levadura de cerveza y embriones de gusanos nematodos demuestran que en principio el éxito es posible: al menos el  66% de la levadura y el 97% de los gusanos lograron ser reanimados y seguir con sus tristes vidas sin problemas. Ahora DARPA espera dar el gran paso y comenzar a experimentar con cerdos. Finalmente, si tienen éxito y la FDA lo aprueba, podrían extender el “tratamiento” a los humanos.

Escrito por Ariel Palazzesi

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