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Arena robótica para duplicar objetos (vídeo)

Imagina un recipiente lleno de una “arena inteligente”, en el que introduces un objeto cualquiera y obtienes una copia 3D del mismo. Imagina también que puedes elegir la escala en la que se duplicará el objeto en cuestión. Bien, eso es exactamente lo que están diseñando en el MIT, sólo que en lugar de arena están trabajando con pequeños cubos robóticos, dotados de imanes electropermanentes y el suficiente poder de cálculo como para adherirse a los vecinos correctos para duplicar objetos.

Un equipo de científicos del Massachusetts Institute of Technology (MIT), en Estados Unidos, está desarrollando una suerte de pequeño robot al que se refieren como “arena inteligente”. Si bien por ahora son lo suficientemente grandes como para que esa denominación resulte exagerada -bien podrían llamarse “guijarros inteligentes”- lo cierto es que dentro de no mucho tiempo serán tan pequeños como granos de sal o arena. Estos robots son capaces de “reconocer” su entorno y duplicar los objetos que encuentran en él. Obviamente, no se trata de una suerte de impresora 3D capaz de crear una nueva pieza a partir de una resina, sino que se vinculan con sus compañeros de forma que su disposición duplique la forma del objeto en cuestión.

Cada unidad, de forma cúbica, contiene un pequeño ordenador que se encarga de activar los imanes electropermanentes con los que se adhieren a sus vecinos. Este tipo de imán solo necesita energía eléctrica para cambiar de estado, por lo que el consumo de electricidad del robot es lo suficientemente bajo como para que pueda “duplicar” cientos de objetos antes de ser recargado. Aún se trata de un concepto, y si bien se han dado los primeros pasos en su desarrollo, falta bastante tiempo para que estos robots puedan  convertirse en algo útil.

Los miembros del Laboratorio de Robotica Distribuida del MIT, responsables del proyecto, creen que en el futuro podrían incluso convertirse en una nueva forma de informática distribuida, una suerte de “polvo robótico” en el que cada mota individual pueda aportar potencia de cálculo al grupo a la vez que posee la capacidad de adherirse a las otras para formar una estructura 3D. ¿Parece ciencia ficción? Seguramente. Pero como ha ocurrido miles de veces, lo que hoy parece una idea descabellada puede -con el esfuerzo necesario- convertirse en un invento útil. Habrá que esperar para saber si estos mini-robots del MIT consiguen hacerlo.

Escrito por Ariel Palazzesi

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