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Bastón HI-TECH para ciegos.

Un docente universitario Argentino ganó un premio en Japón gracias a su invento: un bastón especial, electrónico, que incluye un mapa virtual activado a través de GPS.Hay veces que la tecnología permite cambiar totalmente el funcionamiento de algún objeto que durante años (¡o siglos!) ha permanecido invariable. Este es el caso del invento que Marcelo Martinelli presentó en una exposición mundial realizada en Japón, de la que participaron 50 países. El bastón de Marcelo estuvo entre los 40 finalistas.

Este arquitecto de 49 años es un experto en planificación urbana. El bastón para no videntes es su último invento, aunque no el único en este “rubro”: también inventó una bicicleta para personas con discapacidades visuales. Su bastón para ciegos resultó elegido en una muestra que incluyó casi mil inventos de 50 países. Un ejemplar del bastón se expone en el International Exhibition Center de Osaka.

Martinelli explica que “básicamente amplié las funciones del bastón común para ciegos a través de una guía acústica. Un no vidente habitualmente se guía en el ámbito donde reside. En éste caso solamente cambiando un chip podría desplazarse en cualquier lugar sin inconveniente. Esto permite que el ciego aumente sus posibilidades de movimiento más allá de la ciudad que conoce como segura”. El bastón incluye una memoria en la que se cargan los datos de la ciudad. Cuando se golpea el en el piso un sistema GPS devuelve su posición mediante señales sonoras. Es sencillo, económico y muy fácil de fabricar.

El sistema ideado por Marcelo permite que la persona que lleva el bastón elija un destino, y traza una ruta virtual hasta su destino. Para esa tarea depende del mapa cargado en su memoria. El subsistema GPS es el encargado de verificar constantemente que el no vidente de aparte de la ruta.

Un invento como este podría mejorar la calidad de vida de los no videntes, sobre todo cuando transitan lejos de sus lugares habituales. Si realmente su costo es accesible, seguramente cada ciego tendrá uno.

Escrito por Ariel Palazzesi

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