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Cartuchos «vacíos», y el desperdicio como norma

Un fraude que no parece tener solución, ni sanción

La tinta en los cartuchos de impresora, al igual que la carga de nuestras baterías, siempre decide agotarse en el peor momento: Cuando más la necesitamos. Sin embargo, desde hace un tiempo sabemos bien que las prácticas de ciertos fabricantes son más que dudosas. Con eso en mente, llegamos a una pregunta crítica: Los cartuchos vacíos, ¿están realmente vacíos? La gente de la compañía Bellevue Fine Art decidió averiguarlo con los cartuchos de su impresora Epson 9900

Se ha dicho de todo sobre la delicada situación entre los consumidores y los fabricantes de impresoras… y si el debate todavía continúa, es porque las cosas no mejoraron en absoluto. Las impresoras son tan descartables como siempre, los problemas de controladores están a la orden del día, y el precio de las tintas equivale al de la sangre de unicornio envasada en botellas de oro.

Para muchos, la solución se encuentra en adoptar una política de rellenado en cartuchos y tóners, o adquirir directamente sistemas que trasladan la carga de los cartuchos a tanques externos. Después están aquellos que lograron reducir o eliminar el consumo de papel, anulando de raíz el problema de las impresoras. Ahora, también es cierto que no todos pueden tomar estos atajos, como por ejemplo la compañía de impresión profesional Bellevue Fine Art.

Para desarrollar sus trabajos, esta compañía utiliza una impresora Epson 9900, un tanque de casi dos metros de ancho y 115 kilogramos. El precio de la impresora flota cerca de los cinco mil dólares, mientras que el paquete de cartuchos de 700 mililitros cuesta en promedio unos 3.800 dólares. De más está decirlo, la tinta para semejante monstruo pulveriza presupuestos, pero además hay otro inconveniente: La impresora miente. Cuando el hardware reporta que el nivel de tinta está por debajo del 1 por ciento, simplemente se niega a continuar las impresiones hasta que no se instale un nuevo cartucho.

Por pura curiosidad, la gente de Bellevue Fine Art decidió abrir por su cuenta algunos de sus cartuchos supuestamente vacíos, y descubrieron lo que todos ya sospechábamos: Cada cartucho de 700 mililitros «vacío» puede tener entre 100 y 150 mililitros restantes, o sea, entre el 14 y el 21 por ciento de su contenido. Lo mismo sucede con las versiones de 350 mililitros, que cuando la impresora los rechaza por estar vacíos, aún poseen 60-80 mililitros de tinta.

En otras palabras, compañías como Bellevue Fine Art están obligadas a arrojar a la basura miles de dólares en tinta que ya pagaron, y que por algún motivo la impresora no utiliza. Si esto fuera causado por una limitación técnica, lo lógico sería que Epson agregue tinta extra para compensar la merma, pero no es así: Los cartuchos tienen exactamente 700 mililitros.

Dicho de otro modo, se pagan 700 para usar 550. En Bellevue Fine Art trataron de contactarse con Epson varias veces buscando una solución, pero la posición de la empresa siempre fue la misma: Ignorar los mensajes o decir que están equivocados. Bueno… un vídeo de YouTube vale más que mil imágenes en estos días…

Escrito por Lisandro Pardo

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