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Choque de planetas: pasó y hay evidencias

Basándose en los restos que han quedados diseminados en la órbita de una estrella a 300 años luz de la Tierra, astrónomos de la National Science Foundation y la NASA, han determinado que dos planetas similares al nuestro han chocado entre sí, destruyéndose por completo en el proceso. Tremendo “espectáculo” parece haber sucedido hace millones de años. Lo que se dice, atracciones que matan.

Debe haber sido un espectáculo formidable. A diferencia de otros “accidentes” cósmicos, que ocurren a lo largo de milenios o millones de años, un choque entre planetas como éste proporcionaría al eventual espectador un par de horas de absoluto éxtasis. Solo imagínalo: la masa de dos planetas, viajando a miles de kilómetros por hora, acercándose uno al otro y finalmente encontrándose en el mismo punto del espacio, deben haber generado el calor suficiente para convertir a ambos en una bola de lava liquida. Hermoso, verdaderamente hermoso. Pero el show no terminaría ahí. Luego del choque, la energía cinética se encargaría de distribuir los restos a lo largo de la órbita en la que se movían (u otra) alrededor de la estrella que los vio nacer.

Por primera vez en la historia humana se tienen evidencias de que algo similar a lo narrado ha ocurrido. La estrella conocida como BD+20 307, que se encuentra a unos 300 años luz de la Tierra, ha sido observada mediante un telescopio de rayos X y los científicos de la National Science Foundation y la NASA encontraron rastros de un colosal choque entre un planeta similar a la Tierra y otro del tamaño de Venus. Benjamin Zuckerman, profesor de Física y Astronomía de la Universidad de Los Ángeles, que ha sido uno de los primeros afortunados en ver las imágenes, reconoce que "los astrónomos nunca han visto nada parecido hasta ahora" y subraya que este tipo de choques podría darse en nuestro Sistema Solar, aunque existe una muy baja probabilidad de que así sea (ufff).

En este sentido, el astrónomo de la Universidad del Estado de Tennessee, Gregory Henry, ha explicado que si bien algunos  modelos informáticos predicen que los movimientos de los planetas del Sistema Solar podrían provocar, dentro de unos 1000 millones de años, un choque entre Mercurio con la Tierra o Venus, la posibilidad real de que esto ocurra es bajísima.

Es que dichos encuentros tienen  mucha posibilidad de ocurrir en sistemas solares jóvenes o en formación, y el nuestro ya es lo suficientemente maduro como para que cada planeta haya encontrado una órbita estable y alejada de la de los demás. BD+20 307 es una estrella muy joven y sus planetas (si es que tiene alguno más) también. En algún momento, dentro de los pocos cientos de millones de años que tiene de vida, ese sol ha sido testigo de la primera colisión planetaria de la que tenemos noticia.

Pero en el pasado remoto, en  la juventud de nuestro Sistema, estos choques han ocurrido en repetidas oportunidades. De hecho, una de las hipótesis mas firmes para explicar la existencia de la Luna, cuyo enorme tamaño es absolutamente atípico en todo el Sistema Solar, es atribuible al fruto de un choque entre dos embriones de planetas, la mismísima Tierra y un cuerpo del tamaño de Marte.

"El choque creó una enorme cantidad de restos, algunos de los cuales se condensó para formar la luna, mientras que otros entraron en la órbita del Sol", explica Zuckerman. Por lo pronto, podemos quedarnos tranquilos: aún los modelos más pesimistas nos garantizan 1000 millones de años de “tranquilidad cósmica”.

Escrito por Ariel Palazzesi

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