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Cinco historias de horror con usuarios y PCs

La informática, además de entregarnos todo lo que ya le conocemos y mucho más, también permite la existencia de una enorme cantidad de anécdotas. Algunas pueden ser mejores que otras, aunque siempre existe alguna historia que queda flotando en nuestras mentes tras un tiempo, ya sea por lo cómico o por lo perturbador de la situación. Las cosas pueden fallar, eso nadie lo niega, pero la gran mayoría de las historias tiene como personajes principales a nosotros, los seres humanos, en calidad de usuarios que debemos batallar contra interminables situaciones, o lidiar con groseros errores cometidos. Estas son apenas cinco de las tantas historias con las que he me topado reparando ordenadores o teniendo contacto con sus usuarios. Y créanme, algunas son espeluznantes…

El shuriken asesino de Windows 98

Recuerdo una escena de la película Hellraiser 3 en donde uno de los malos mata gente arrojando discos ópticos a alta velocidad. Sin embargo, con un grupo de amigos que trabajaban en una tienda de informática hace varios años atrás, vimos algo que tranquilamente podría haber sido una acción digna de nuestro asesino con CD’s. Era esa época en las que existían unidades de CD-ROM que supuestamente podían leer la información a 100x. Además de ser una completa mentira, la calidad de dichas unidades era más que cuestionable, y un problema típico era que al abrir la bandeja, los CD’s no se encontraban quietos, sino que salían girando a una velocidad preocupante. Una vez nos encontrábamos instalando una copia original de Windows 98 con el CD-ROM insertado en una de estas unidades. Al abrir la bandeja, el CD-ROM salió volando, me dejó una marca en la pierna, golpeó en el tobillo a un cliente y terminó hecho añicos contra la pared. Lo mejor de todo fue juntar los pedazos del CD-ROM, colocarlos en una bolsa, y luego hacer el reporte a la central explicando que la copia de Windows 98 había tenido un "accidente". Si en verdad fue eso, o si el maldito CD-ROM de Windows 98 buscaba sangre, nunca lo supe…

Puertos USB hasta arder en llamas… literalmente

Quienes hemos seguido de cerca la evolución de los puertos USB debemos reconocer que sus comienzos no fueron especialmente bien documentados. Las tarjetas madre traían solamente un par de ellos, y se desconocían detalles como demandas energéticas o límites en la cantidad de dispositivos. Así fue como un cliente, entusiasmado con la idea de tener teclado, ratón, webcam, impresora y una base sincronizadora de Palm, TODO ESO conectado a un solo puerto USB, fue y adquirió uno de estos múltiples que poseían varios puertos USB y lo instaló confiado de que todos sus problemas de cables y falta de puertos se solucionarían mágicamente… Puedo jurar que sentí el olor a quemado desde la puerta de su casa. El southbridge (puente sur) de la tarjeta madre se convirtió en una masa negra, hinchada y excesivamente olorosa. El reemplazo de la tarjeta madre era inevitable, pero la mejor parte era que quería conservar la instalación de Windows tal y como la tenía, sin ninguna alteración. Por suerte pudo encontrar una tarjeta madre idéntica, y por suerte la instalación de Windows no se quejó al respecto, pero cuando realmente necesitó suerte, terminó con un ordenador quemado. ¿Acaso tienes una de esas bases con múltiples puertos USB? ¿Confías en ellas? ¿Estás seguro…?

¡Ocho mil voltios no son nada!

Una visita a la casa de un amigo me hizo encontrarme con una situación algo peculiar: El monitor de uno de los ordenadores no estaba funcionando bien. Traté de indagar un poco más sobre el asunto, pero cuando se remitieron a dar explicaciones como "le damos un par de golpes y funciona", sabía que la cosa iba a ser perturbadora. Al ver al pobre monitor me lo encontré aproximadamente como me lo había imaginado: Le habían quitado la carcasa por la mitad, para obtener un rápido acceso a, bueno, "lo que sea" que tocaban en su interior para hacerlo funcionar. El artífice de esta supuesta técnica de resucitación había sido el padre de mi amigo, a quien encontré con el monitor CONECTADO Y ENCENDIDO tratando de mover la placa principal ya que acusaba a un "falso contacto" de todo el problema y que sólo había que encontrar "la posición exacta". Mi piel pasó del blanco al violeta, luego al verde, y de regreso al blanco. Cuando traté de explicar un poco sobre los letales voltajes que puede haber en un monitor, simplemente recibí un "no pasa nada" como respuesta. Gracias a alguna intervención divina no sucedió nada grave (más allá de que terminaron de arruinar por completo al monitor), pero el que dijo que la ignorancia es una dicha, definitivamente no estuvo cerca de un monitor abierto y encendido…

¿Refrigeración por… "vapor"?

El agua y los electrónicos no se llevan bien, eso lo sabemos. Suficiente riesgo existe en traer algo tan simple como una taza de café cerca del teclado, especialmente cuando ese teclado costó unos cuantos billetes debido a su diseño, su comodidad, y otras funciones como puede ser una conexión inalámbrica. Sin embargo, me he encontrado con algunas personas que desafían algo tan elemental como la aversión agua-electrónicos. Unos meses atrás debí comprar un reemplazo de una grabadora de DVD para una notebook de marca Compaq. Se hicieron varios intentos de "convencer" a la vieja unidad de volver a la vida, pero al no obtener respuesta alguna su pase a retiro fue confirmado. Al ver la notebook por primera vez noté que estaba bastante maltratada. No se trataba ni de rajaduras ni de golpes externos, sino que la portátil revelaba un estado de desgaste generalizado. El reemplazo de la unidad óptica no causó inconveniente alguno, pero lo perturbador fueron algunas declaraciones de su dueño al recibir la notebook reparada. Me tomé el atrevimiento de comentar el uso intensivo que denotaba la portátil, y entonces su dueño me dijo: "Ah sí, yo la llevo a todas partes. Incluso cuando me doy una ducha la coloco en el baño para escuchar música…" No, lo peor está por venir. Luego dijo: "Cada vez que termino de ducharme noto como que le queda toda una capa de condensación por encima. Eso no le hace muy bien, ¿verdad?" ¿Verdad? ¡¿VERDAD?! Lo más grave no es que dejara la notebook expuesta a cantidades tóxicas de vapor de agua. ¡Lo más grave era que esperaba que le dijera que no sucedería nada! Hay gente que se toma el término "portátil" demasiado en serio…

El loco de la regla

Esta es por alguna razón una de las historias más frescas que tengo en la mente, probablemente por lo absurdo de toda la situación. En una de mis tantas andanzas visitando amigos que trabajaban en una tienda de informática, encontré una vez a un cliente muy ofuscado que llegó a la tienda con un monitor a cuestas comprado allí y… una regla. El sujeto, rojo por el esfuerzo de haber cargado con la caja, la colocó encima del mostrador, y sujetando la regla al mejor estilo de Conan el Bárbaro, exclamó: "¡Este monitor no es de quince pulgadas! ¡A mí no me van a estafar!" Un caso difícil, evidentemente. ¿Por dónde empezar? El tipo estaba rojo del cansancio y de la furia ante la supuesta trampa. Antes de que pudiéramos decir algo, el monitor estaba fuera de su caja y el sujeto medía la pantalla con la regla: "¡Tiene 34 centímetros! ¡Eso es menos de catorce pulgadas, querido!" De más está decir que fue prácticamente imposible explicarle que los monitores CRT son un poco más pequeños de lo que en realidad figura en la caja. Una regla válida en la mayoría de los casos es que un monitor de 14 pulgadas tiene en realidad 13, uno de 15 ronda en las 13.8, y algunos de 17 pulgadas pueden llegar a tener apenas 15. Mientras que este sujeto repetía a cada rato que todos los monitores estaban defectuosos y que él quería "uno de 15 pulgadas de verdad", la única solución que lo dejó satisfecho fue escoltarlo hasta otra tienda de informática, en donde pudo medir exactamente media docena de monitores, para finalmente darse por vencido. Cabizbajo, tomó "su" monitor de quince pulgadas, y murmurando "no lo puedo creer", se fue por donde vino, sin volver a saber otra vez de él.

Estoy convencido de que, mientras siga en contacto con el mundo de la informática, la lista de anécdotas aumentará de forma inevitable. ¿Tienes historias propias? ¿Has visto a un amigo hacer algo horrendo con un ordenador? ¿Un sistema en perfectas condiciones se convirtió en una demostración de fuegos artificiales por un cable mal conectado? Deja tus comentarios más abajo.

Escrito por Lisandro Pardo

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