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Craig Venter y el futuro de la biotecnología

No hay que tener un master en biotecnología para saber quién es Craig Venter, el cerebro detrás de la decodificación del genoma humano y de la creación  del primer cromosoma sintético. Este científico, a lo largo de innumerables notas concedidas a los medios, ha delineado como será el futuro de la biotecnología.

Craig Venter tiene una mirada que denota inteligencia. Pero difícilmente sus ojos puedan dar una idea de la capacidad intelectual que posee este hombre.  Cuando el premio Nobel Renato Dulbecco publicó en el número 231 de la revista Science un artículo explicando que, para luchar eficazmente contra el cáncer, era necesario proceder a secuenciar el genoma humano completo, Venter supo en que ocuparía su tiempo durante los próximos años.

“Construir un nuevo organismo es más fácil que fabricar un Blackberry”

Mientras que Francis Collins encabezaba el Proyecto Genoma Humano público, Craig Venter creaba Celera Genomics, una empresa privada de biotecnología que buscaba lo mismo que el estado: secuenciar completamente el genoma humano. La idea de Venter era no solamente disfrutar de la gloria del éxito sino poder rentabilizar económicamente las aplicaciones científicas y farmacéuticas derivadas del conocimiento del genoma.

Si bien la idea de obtener patentes sobre secuencias de genes humanos puede parecer poco ético, puede decirse en defensa de Venter que su empresa no fue la que más empeño puso en el tema. La rentabilidad económica de Celera vendría de la mano del cobro de suscripciones por el acceso a la base de datos creada durante años de trabajo.

La apasionante historia del proyecto Genoma Humano puede leerse en el libro “La conquista del genoma humano”, de Kevin Davies. En lugar de dormirse en los laureles, Venter siguió analizando la estructura de la vida, y sus estudios le permitieron, en enero del 2008, crear el primer cromosoma completamente artificial.

La posibilidad de fabricar vida a partir de elementos químicos simples, ensamblándolos como si fuesen las piezas de un enorme “Lego” puede cambiar absolutamente nuestro futuro. El mismo Venter reconoce este hecho, y en una entrevista con Jeff Googell (de la revista Rolling Stone) afirma que “construir un nuevo organismo es más fácil que fabricar un Blackberry”.

Venter explica que “una vez que fuimos capaces de leer el código genético, comenzamos a digitalizar la biología y poner todos los datos dentro de un ordenador.” Para crear vida sintética, basta con “tomar la información digital y transformarla en materia química dentro del laboratorio.” Y concluye diciendo que “para hacer un cromosoma [artificial] sintetizamos pequeñas partes de ADN, de 50 a 80 letras de longitud, que ensamblamos en cadenas mas largas, de unas 5.000 letras. Es algo parecido a jugar con un Lego, con el que podes construir grandes estructuras”. Dicho así, realmente parece fácil.

Cuando uno se da cuenta que en no muchos años cualquier laboratorio medianamente equipado podrá crear sus propios genes a medida, siente algo parecido al pánico. Quizás sea el resultado de pasar mucho tiempo viendo películas de ciencia ficción, pero desde que se escribió Frankenstein, la idea de crear vida artificial está asociada definitivamente con el desastre. Sin embargo, Venter imagina un futuro donde la biotecnología se convierte en nuestra tabla de salvación.

El conocimiento de los detalles del genoma humano y la forma de modificar o fabricar genes nuevos extenderá de forma notable la duración de nuestra vida. Incluso imagina la introducción de cambios en nuestro organismo para adaptarnos mejor a nuestro medio ambiente. “Podríamos cambiar nuestros organismos para utilizar mayores concentraciones de CO2. […] No estamos hablando de la próxima década, quizás haya que esperar siglos, pero la posibilidad existe”.

Craig Venter se muestra preocupado por el fenómeno del calentamiento global. Duda que las políticas actuales de reducción de emisiones de gases sirvan para algo más que justificar nuestras acciones. Su empresa se encuentra trabajando en el diseño de organismos que sean capaces de convertir el carbón en metano (más limpio) o vegetales que puedan crecer en regiones desérticas que hoy no utilizamos y que se puedan utilizar como combustibles.

“Si tienes un martillo en la mano, veras todo como un clavo”. Esta máxima puede aplicarse perfectamente al pensamiento de Venter. Su súper especialización en biotecnología le permite especular con soluciones a casi todos los problemas imaginables utilizando esta herramienta. Y posiblemente esté en lo cierto. Afirma que “la biología creo nuestro planeta; nuestra atmósfera se nutre de oxigeno creado por plantas y otros organismos vivos. Es lo único que podría funcionar a escala global para revertir el cambio climático.”

Venter no solo se preocupa por el futuro del planeta. Está seguro de que la regeneración de miembros es posible a partir de la manipulación de los genes, y de que el hombre como especie puede mejorar increíblemente sus capacidades si atacamos el problema desde su más intima estructura.

También está convencido de que en algún momento del futuro cercano nos integraremos con nuestros ordenadores. Imagina que seremos capaces de escribir un código genético que genere chips de ordenador. Que podremos expandir nuestra memoria o conocimientos simplemente agregando módulos a nuestro cerebro. Estos módulos serian de silicio impulsados genéticamente. Suena a película clase “B”, pero también parecía imposible leer el genoma completo o crear genes artificiales.

Quien sabe, quizás si Venter tiene razón, terminemos siendo todos cyborgs.

Escrito por Ariel Palazzesi

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