Lisandro Pardo
El permafrost siberiano continúa cediendo frente a los aumentos de temperatura, pero esas señales preocupantes también vienen cargadas de oportunidades especiales. Una de ellas es el descubrimiento de un oso en las Islas de Liajov, al noreste de Rusia. Su estado general es extraordinario, y representa el único hallazgo de su tipo, con órganos internos intactos, y hasta su nariz presente.
En general sólo podemos tener opiniones educadas o usar la imaginación cuando se habla de aquello que permanece escondido en el permafrost, pero el hielo ha comenzado a compartir sus secretos, y los expertos se sienten más listos que nunca… ¿o tal vez no? Aún recordamos bien el caso del cachorro hallado cerca de Yakutsk, una especie de híbrido entre perro y lobo que confundió a todo el mundo. Las sorpresas están a la vuelta de la esquina, y la última en salir a la luz es verdaderamente grande.
Del tamaño de un oso, para ser precisos. Pastores de renos en las Islas de Liajov descubrieron los restos de un oso adulto, completamente preservado. La investigadora Lena Grigorieva destaca que estamos ante un hallazgo único en su tipo: Hasta la fecha sólo se habían encontrado cráneos y huesos aislados de osos antiguos, pero este ejemplar presenta condiciones extraordinarias, con tejido blando, órganos internos, y hasta su nariz intacta.
La información preliminar sugiere que se trata de un oso de las cavernas, Ursus spelaeus, con una antigüedad que oscila entre los 22.000 y los 39.500 años. La datación por radiocarbono será un paso fundamental para determinar su edad exacta, y todo esto ha sucedido en paralelo al descubrimiento de los restos de un cachorro de oso en la región de Yakutia (República de Sajá).
En resumen, los investigadores de la Universidad Federal del Noreste tienen las manos llenas con este oso, y otros descubrimientos de muy alto perfil, incluyendo lobos, potrillos, mamuts y rinocerontes lanudos.
Fuente: Siberian Times
