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En búsqueda de un híbrido más eficiente

Si queremos que este planeta sirva como lugar de residencia para nuestros hijos y nietos, debemos buscar la forma de contaminar menos. El invento de Eric Mattessich puede ayudar, y mucho, a evitar una gran parte de la contaminación que producen los miles de millones de motores a combustión interna que impulsan nuestros coches.

Eric Mattessich es un inventor preocupado por la “salud” de nuestro planeta. Algo que le llamó la atención en su época de estudiante de ingeniería fue el hecho de que, en un típico motor de combustión interna, alrededor del 70 por ciento de la energía que se obtiene del combustible, va directamente al tubo de escape del coche, en forma de calor. Así que se propuso hacer algo para poder aprovechar esa enorme cantidad de energía que cada coche desperdicia al funcionar. Pero ¿podría construirse algún tipo de adaptador que recogiese el calor del escape y lo convirtiese en energía útil? De lograrlo, tendría una especie de coche hibrido que contaminase menos. Extrañamente, la tecnología que permite hacer el trabajo que imaginó Eric está disponible desde 1900, solo que, como señala el inventor, "nadie lo ha puesto en un pequeño paquete antes".

Su invento utiliza dos turbinas para generar electricidad. Para funcionar, una de ellas emplea la presión de los gases de salida del motor. La segunda turbina requiere de un dispositivo algo más elaborado, aunque también basado en un principio simple y absolutamente probado: utiliza el calor residual de los gases de escape para convertir el agua en vapor. Ese vapor luego se dirige a un condensador, donde vuelve a convertirse en agua, y el bucle comienza de nuevo. Ambas turbinas proveen electricidad a un sistema de baterías, que a su vez mueven un motor eléctrico. Dado que el coche tiene dos motores de diferentes tecnologías bajo el capó, se considera un híbrido. Mattessich calcula que agregando este dispositivo a un coche se reducen en un 20 por ciento la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos, a la vez que se hace al vehículo más eficiente.

Actualmente, Mattessich se encuentra trabajando en la puesta a punto de un prototipo. También ha puesto a sus abogados para lograr una patente que proteja su negocio (lástima, hubiese sido un buen invento para ceder libremente a todo el mundo), y está buscando un fabricante de automóviles interesado en incorporar su sistema en los coches nuevos. No obstante, cree que su dispositivo podría comprarse en forma de kit e instalarse en casa. "Podría ser un divertido proyecto de hágalo usted mismo para los tipos como yo", dice.

Por lo pronto, se trata de un invento que podría tener un impacto altamente positivo en la salud del planeta (y la de todos nosotros) a la vez que nos permitiría ahorrar unos cuantos litros de combustible cada semana. Esperamos que tenga éxito y que dentro de poco tiempo lo veamos instalado en muchos coches.

Escrito por Ariel Palazzesi

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