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Enigma@Home: Ayuda a descifrar mensajes nazis

Durante la segunda guerra mundial, un equipo de matemáticos y criptólogos se trasladaron a las instalaciones de Bletchley Park, en Inglaterra, donde mediante los primeros equipos informáticos de la historia lograron leer muchos de los mensajes codificados por los nazis. Sin embargo, aún quedan muchos textos interceptados en el Atlántico Norte, allá por 1943, cuyo contenido no ha sido descifrado. ¿Quieres ayudar a hacerlo? Súmate a Enigma@Home.

Como es lógico, a lo largo de una guerra se hace imperioso encontrar una forma de comunicar las órdenes o datos indispensables a cada uno de los batallones que forman parte de la contienda, sin que el enemigo pueda interpretar los mensajes transmitidos. En la Segunda Guerra Mundial, el ejército alemán utilizó masivamente una máquina (mecánica) conocida como “Enigma”, para hacer ininteligibles los mensajes que se enviaban -generalmente- a cada uno de los submarinos que constituían su flota. El sistema era considerado inviolable -y realmente era un hueso duro de roer-, pero el trabajo de las mejores mentes de la época, entre las que se encontraba el impresionante Alan Turing, lograron lo que parecía imposible: quebrar el sistema.

Reunidos en  Bletchley Park, los especialistas en criptografía aliados construyeron las “Bombas”, unos primitivos ordenadores basados en sistemas electromecánicos, que podían -en determinadas circunstancias y aprovechando algunos errores alemanes-  descifrar los mensajes generados por las máquinas Enigma. Sin embargo, aún hay muchos mensajes que, si bien fueron interceptados, nunca lograron ser codificados. El poder informático actual, infinitamente superior al de hace seis o siete décadas, podría tener éxito donde los especialistas aliados fallaron. Y eso es lo que propone Boinc.

Boinc, el sistema de computación distribuida más conocido,
ha puesto en marcha su proyecto Enigma@Home, que pretende decodificar tres mensajes que la máquina Enigma codificó en 1942.  Dos de ellos ya han sido “quebrados”, pero el tercero aún se resiste. Se sabe que el mensaje en cuestión tiene la particularidad de haber sido doblemente “encriptado”, por lo que es extremadamente difícil de romper. Para añadir aún más dificultad al desafío, algunas letras del texto no fueron interceptadas, por lo que el mensaje está incompleto. Si te apuntas al equipo de Boinc, puedes “donar” los tiempos muertos de tu ordenador para colaborar con el proyecto y, con suerte, poder algún día enterarte del contenido del mensaje.

Escrito por Ariel Palazzesi

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