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Hey, Google: ¿De dónde viene el spam?

Por más que realicemos esfuerzos titánicos para mantener a nuestras casillas limpias, siempre hay uno o dos correos spam que logran superar todas las barreras y llegar hasta nuestras bandejas. La batalla contra el spam es constante, y más allá de algunos golpes precisos por parte de las autoridades, su volumen crece día a día. Por supuesto, todas estas legiones de correos no deseados deben salir de alguna parte, y Google ha publicado, a través de sus Servicios Postini, un mapa que revela cuáles son los puntos de mayor concentración en cuanto a generación y envío de spam.

De más está asumir que toda persona con una casilla de correo electrónico odia al spam. Personalmente jamás he encontrado nada de utilidad en esa clase de correos, e imagino que a nuestros lectores les debe pasar exactamente lo mismo. Nigerianos millonarios, medicinas para la disfunción eréctil, copias de relojes, trámites de ciudadanía y otros tantos asuntos bombardean minuto a minuto nuestras casillas de correo. Por supuesto, existen esfuerzos para combatir a este flagelo, pero seamos honestos: En enero de este año se enviaron más de 180 mil millones de correos spam por día. Ni siquiera queremos saber por dónde está ese número hoy, pero está claro que si el volumen de spam sigue en aumento, es porque alguien está ganando dinero con ello, a pesar de las autoridades. Por lo tanto, la última línea de defensa está compartida entre los proveedores de Internet, los servicios de correo electrónico, y el usuario final. Google ofrece su propio servicio de correo electrónico gratuito, por lo que es lógico decir que saben una cosa o dos sobre spam. Estos correos tienen que ser enviados de alguna parte, y en Mountain View decidieron hacer algo muy interesante: Crear un mapa.

A través del portal de sus "Servicios Postini" (un servicio pago para filtrar spam destinado a empresas y negocios) Google ha publicado un mapa que reporta en tiempo real cada lugar desde donde se está enviando spam. Los puntos rojos revelan origen y concentración de la generación de spam, y a simple vista parece que más de medio planeta está infectado. Sin embargo, con acercar un poco el mapa podemos obtener información mucho más precisa. En el territorio europeo, la mayor concentración puede encontrarse hacia el este, pero también hay una fuerte presencia en Holanda, Italia y el Reino Unido. Francia tiene a París como punto principal de generación de spam, mientras que en España y Portugal se observa un nivel moderado. La India, Japón, Corea del Sur y el este de China son los cuatro lugares con mayor incidencia de spam en el continente asiático. Rusia tiene focos importantes en las regiones cercanas a sus ciudades capitales, algo que también puede notarse en Australia. El mayor punto de envío de spam en el continente africano es Sudáfrica, con algunos focos aislados cerca de Nigeria y Kenia. América del Sur tiene una fuerte tendencia al spam en el sudeste de Brasil, con marcados focos en ciudades capitales como Buenos Aires y Santiago. En México y países como Puerto Rico y Costa Rica puede detectarse una densidad de spam apreciable. Ciertamente, el mayor generador de spam es Estados Unidos. El centro y este del país prácticamente parecen tomados por asalto, mientras que California y el estado de Washington son los dos focos más importantes de la costa oeste.

En otras palabras, el spam parece estar en todas partes, por una simple razón: Cualquier lugar con posibilidad de una conexión a Internet es un posible generador y/o receptor de spam. El terreno a cubrir es demasiado grande, y las acciones legales hasta ahora han sido pobres. Por lo tanto, la contención principal sigue estando a cargo de nosotros, soldados a pie, usuarios de la red. No dejen de reportar cada spam que vean, a menos que el filtro interno del servicio de correo ya lo haya interceptado. Es realmente difícil de creer que se envíen por día casi doscientos mil millones de correos electrónicos no deseados, pero esta es la realidad. Internet nos ha dado muchos beneficios, aunque las cosas malas están haciendo un duro esfuerzo para mantener equilibrada la balanza.

Escrito por Lisandro Pardo

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