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Hollywood tiene que aprender física

Son múltiples los casos en los que la creatividad de Hollywood cae rápidamente en el rango de la exageración, y con la ciencia ficción de por medio, el control sobre lo que es “científicamente correcto” se desvanece tan rápido como el humo del cigarrillo entre los dedos del guionista. De hecho, un grupo de físicos encabezados por un profesor universitario proponen que las películas de ciencia ficción deben reducir drásticamente sus errores en relación con las leyes de la física. Parece que el ruido de los motores de los TIE Fighters se termina aquí…

Hemos visto errores en películas de Hollywood. Muchos. Demasiados. Y también hemos visto verdaderos horrores en otras tantas películas. Demasiados también. Si comenzáramos ahora, necesitaríamos al menos diez o quince de estos artículos sólo para entrar en calor. Un clásico ejemplo es que muchos fans de la ciencia ficción desean arrancar el corazón del pecho de aquel que se atreve a mencionar que no hay sonido en el espacio. Pero por más odio que cause en el medio de la sala, el sujeto en cuestión tiene razón: No hay sonido en el espacio. Citando a películas específicas, podemos recordar a The Core (viajan al centro de la Tierra como si fueran en submarino), Independence Day (un virus informático acaba con la tecnología de escudos infinitamente superior que poseen los aliens), y los más de 160 espantos que aparecen en la película Armageddon. Cuando vi a la Estación Mir rotando para generar gravedad, casi me voy del cine.

Armageddon fue una verdadera pesadilla de errores científicos. Explosiones en el vacío, la Mir con gravedad, transbordadores de titanio, ¡y puedo seguir!

Estas y otras tantas “incoherencias” son moneda corriente en el mundo de la ciencia ficción, por lo cual Sidney Perkowitz, un profesor de física de la Universidad de Emory en Atlanta ha decidido, junto con el apoyo de otros colegas, presentar a Hollywood una especie de guía para que los guionistas puedan comprender y utilizar aquellos puntos que “se pueden negociar” y aplicar otros que no pueden ser ignorados de ninguna forma. Obviamente, la cuestión del sonido en el espacio es algo que no va a cambiar (¿se imaginan una película de Star Wars sin sonido en las batallas espaciales? El cine se vacía en dos minutos), pero el objetivo es que Hollywood no caiga ni en el abuso ni en el ridículo. Al contrario de lo que piensan los directores y los guionistas, la gente se percata (y mucho) de estos errores. Entre las películas comentadas por Perkowitz, encontramos a Starship Troopers (los bichos quedarían aplastados por su propio peso), The Core (razones antes nombradas) e incluso el líbro y adaptación al cine de Ángeles y Demonios de Dan Brown. Este caso es especialmente ridículo, ya que ni en un millón de años seríamos capaces de crear tanta antimateria.

Por supuesto, ningún físico puede obligar a un escritor a ser más coherente cada vez que hace una referencia a la física, pero lo cierto es que una película “científicamente correcta” no tiene por qué ser un fiasco. El primer ejemplo que nos viene a la mente es la adaptación de Stanley Kubrick de “2001: Una Odisea Espacial“. La película en sí tuvo sus defensores y sus detractores, pero un punto casi imposible de cuestionar fue la precisión científica con la que se describen los viajes espaciales, aunque aún así no estuvo libre de errores menores. Un filme más moderno que se queda a mitad de camino en este aspecto es el monstruo de James Cameron, Avatar. Cameron aplicó muchos recursos en varios puntos del desarrollo de los Na’vi como su lenguaje y su cultura, pero otros detalles como las islas flotantes hicieron que muchos científicos se tomaran la cabeza y negaran en frustración, una vez más.

Escrito por Lisandro Pardo

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