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La bacteria que nos hace más listos

Según un estudio realizado por científicos estadounidenses, el contacto con una cierta bacteria que vive en la tierra es suficiente para aumentar nuestra inteligencia y reducir el nivel de ansiedad. El experimento ha utilizado ratas como sujeto experimental pero todo indica que en humanos también pueden darse las características beneficiosas que proporciona este peculiar microbio. No lo encontraréis en las grandes urbes, repletas de cemento, plástico y alquitrán. Si queréis aprovechar este hallazgo, deberéis entrar en comunión con la madre naturaleza.

La doctora Matthews, responsable del grupo de investigación que ha descubierto este efecto de la bacteria llamada Mycobacterium vaccae, está convencida de que funciona igual en seres humanos, pero por ahora, sólo lo ha demostrado con animales de laboratorio. Su experimento trató con dos grupos de ratones, uno había ingerido la bacteria viva y el otro no había tenido contacto con el patógeno, y estudiaron la capacidad de los animales para trasladarse por un laberinto. "Encontramos que los ratones alimentados con M. vaccae viva navegaron por el laberinto dos veces más rápido y con menos ansiedad que los ratones del otro grupo", asegura la investigadora.

En un segundo experimento los científicos retiraron la bacteria de la dieta de los ratones y se volvió a estudiar su conducta en el laberinto. Aunque los ratones corrieron por el laberinto más lentamente que cuando habían ingerido la bacteria, en promedio corrieron más rápido que los ratones que no habían consumido el microbio. "Creemos que estos resultados son importantes porque sugieren una relación entre los microbios y la función cerebral", comentó la doctora Matthews.

Esto tiene coherencia con anteriores experimentos donde se había inyectado la bacteria en ratones, estimulando el crecimiento de algunas neuronas y provocando aumentos de la serotonina a la vez que reducía el nivel de ansiedad. Se sabe que la serotonina tiene un papel importante en el aprendizaje, por tanto, era lógico pensar que los incrementos de este neurotransmisor en el cerebro de las ratas aportarían mejoras en sus habilidades para recorrer laberintos. Así lo han constatado los experimentos de Mathews.

Estas bacterias sólo viven en la tierra, en plena naturaleza. Por eso que la doctora transmite un pensamiento final lleno de sabiduría: "El mensaje para la gente es que salga al exterior, que interactúe con la tierra, porque quizás esto lo podrá beneficiar de formas que nunca se imaginó". Y seguramente no habría hecho falta este experimento para que darle la razón.

Escrito por imported_Kir

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