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Mars Phoenix Lander: más problemas

Si existe una misión espacial en la que la NASA ha volcado todos sus esfuerzos y esperanzas, pero que al a vez le ha traído incontables dolores de cabeza, esa es la Mars Phoenix Lander. Ahora se supo que, en un intento de evitar infligirse algún daño a si misma, está ignorando algunos comandos recibidos desde Tierra.

Desde su comienzo, hemos seguido con mucho interés los progresos y problemas de está misión espacial. La Mars Phoenix Lander intentaba develar uno de los misterios más relevantes del planeta rojo: si existe o no agua sobre su superficie.

Si bien el módulo “Mars Reconnaissance Orbiter” detectó silicatos hidratados, que prueba que hace miles de millones de años existió abundante agua en y sobre el planeta, es la Mars Phoenix Lander la que ha fotografiado partículas de hielo en el suelo actual del planeta.

Poco después de llegar a Marte, la sonda tuvo algunos inconvenientes, que fueron solucionados. Pero ahora esta nuevamente en problemas. Aparentemente, Phoenix recibió desde la Tierra instrucciones para efectuar un determinado movimiento con su brazo, pero determinó que, si lo hacia, podía podría terminar con una de sus articulaciones dañadas.

Tal como informó Ray Arvidson, uno de los investigadores que desarrolló el brazo robótico, el software de la sonda trató de rectificar las ordenes, y a continuación, se cerró antes de que pueda dañarse a si mismo.

El tiempo apremia a los controladores de la misión, ya que la “ventana” tiempo útil para la Mars Phoenix Lander es de solo 3 meses. Luego, las temperaturas serán demasiado bajas para que el equipo pueda funcionar correctamente. Y ya ha transcurrido la mitad de ese plazo.

Las instrucciones enviadas desde la Tierra ordenaban al brazo robot, que se encuentra utilizando una especie de “tenedor” metálico para tomar y analizar muestras del suelo, arrojar un terrón de material que tenía atrapado. Como parte del procedimiento, debía sacudir su extremo para asegurarse de que el terrón se desprendiese. La sonda interpretó que esa maniobra forzaría demasiado la estructura del brazo robótico, y decidió no efectuar la maniobra.

No se trata de un problema insalvable, y seguramente los científicos encontrarán una secuencia de movimientos que permita efectuar la acción deseada sin que la nave la considere dañina para el brazo. Pero es indudable que esto introduce una nueva demora en el desarrollo de la misión, y eso preocupa a la NASA.

Escrito por Ariel Palazzesi

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