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PicCrypt: Archivos hechos imágenes

Si necesitas transportar o enviar información con un cierto nivel de seguridad, existen múltiples opciones que puedes utilizar. Desde encriptar correos electrónicos con OpenPGP hasta colocar los datos dentro de un archivo comprimido y luego protegiéndolo con una contraseña, todos estos métodos pueden otorgar una capa extra de seguridad. Probablemente, la mejor parte de esto es que muchos de esos métodos pueden combinarse para incrementar la protección, pero a veces un punto de vista radical puede llegar a ser más útil. Por ejemplo: ¿Imaginan a un archivo de datos, convertido en una imagen? Si la respuesta es no, entonces deben ver de cerca esto.

El funcionamiento de PicCrypt es más que sencillo: Toma cualquier archivo, y lo encripta de forma tal que lo convierte en una imagen de mapa de bits. Tal y como lo leen. A simple vista, no es otra cosa más que una imagen similar a la lluvia estática de un televisor cuando no tiene una antena conectada. Pero al procesarlo con PicCrypt, la imagen vuelve a convertirse en el archivo que era originalmente. El proceso es increíblemente rápido, y los resultados, sin querer volvernos redundantes, están a la vista. La imagen, una vez obtenida, no puede ser ni procesada ni convertida de ninguna forma, ya que la clave de la restauración del archivo se encuentra en el formato de mapa de bits de la imagen, pero eso no quiere decir que no pueda ser comprimida con algún programa como WinRAR o 7-Zip.

Además, PicCrypt posee un nivel de seguridad adicional. A la hora de encriptar el archivo, el usuario puede colocar una clave, la cual será necesaria para después re-convertir el archivo a su estado original. A la hora de generar claves en aplicaciones como GnuPG, se recomienda pulsar teclas o mover el cursor del ratón para causar más "ruido digital", provocando que la clave sea todavía más aleatoria. En el caso de la protección de PicCrypt esto no es tan así, pero se puede colocar una frase entera como contraseña, incluyendo espacios y puntuaciones. Si envias a alguien un archivo encriptado que posea una clave, deberás entregarla sin dejar de lado ni un solo caracter, de lo contrario el archivo nunca volverá a ser como antes.

El usuario también puede determinar el ancho de la imagen. Según el archivo convertido, la imagen puede ser una larga línea, o un rectángulo de dimensiones normales. Ahora, imagina esto: Archivo encriptado y convertido a imagen con clave, enviado dentro de un archivo zip con contraseña, a través de un correo electrónico encriptado con GnuPG. El resultado, más allá de admitir que sería algo digno de una paranoia absoluta, sería una protección como pocas veces se haya visto. Y lo mejor de todo, es que puede lograrse con aplicaciones gratuitas. Las herramientas para protegerse están ahí afuera. Sólo hay que tener la voluntad de utilizarlas.

Escrito por Lisandro Pardo

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