Menu
in

Planeta tipo terrestre, en formación a 424 años luz del Sol.

Los astrónomos han detectado una nube de polvo con forma de anillo, orbitando una estrella similar al Sol, que se estaría aglutinando para formar un planeta posiblemente del tipo terrestre. Si los cálculos de los astrónomos son correctos, en unos pocos millones de años se habrá formado un planeta similar a la Tierra.

El fenómeno se está produciendo alrededor de una estrella que se encuentra a una distancia de 424 años luz de distancia del Sol, lo que astronómicamente significa que se encuentra a una distancia “razonable” para ser observada por los astrónomos.

Mediante el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA, los astrónomos han descubierto que girando alrededor de una estrella joven (unos 10 millones de años de edad), llamada HD 113766, existe un enorme cinturón de polvo caliente. La estrella tiene el tamaño aproximado del Sol, y los científicos especulan que el polvo espacial se está condensando gracias a la fuerza gravitatoria de las partículas que lo componen para formar un planeta.

El cinturón de polvo se ubica a una distancia de la estrella tal, que de formarse un planeta su temperatura seria adecuada para mantener agua en estado liquido sobre su superficie. Los cálculos de los astrónomos indican que el material que compone el cinturón alcanza para formar un planeta del tamaño de Marte, o incluso algo mayor.

Esta observación representa para los astrónomos una prueba de que las teorías sobre el mecanismo de la formación de los planetas del sistema solar son correctas. Los datos obtenidos de HD 113766 coinciden con los modelos: una estrella con una edad aproximada de 10 millones de años tiene la edad justa para formar planetas rocosos, y eso es lo que está ocurriendo. El próximo número de la publicación Astrophysical Journal incluirá detalles de lo descubierto por los astrónomos hasta ahora.

“La sincronización del sistema para construir una Tierra es muy bueno”, declaró Carey Lisse, del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland. Lisse es uno de los miembros del equipo que hizo el descubrimiento. Las palabras del científico se refieren a que si sistema estelar fuese algo más joven, el disco de formación planetaria estaría repleto de gas, por lo que el planeta resultante sería algo similar a Júpiter. Si fuese más viejo, el telescopio ya hubiese revelado planetoides rocosos entre el polvo.

La composición del cinturón revela materiales idóneos para la formación de un planeta del tipo terrestre. Efectivamente, el espectrómetro infrarrojo del Spitzer reveló materia similar a la que forma la lava terrestre, en lugar de la “nieve sucia” que es habitual encontrar en los cometas, y que resulta inadecuada para la construcción de un planeta.

“La mezcla de materiales en el cinturón se parece bastante a la materia encontrada en los flujos de lava de la Tierra. Pensé en el material de Mauna Kea cuando vi por primera vez la composición del sistema, que contiene roca en bruto y abundancia de sulfuros de hierro, similares a la pirita” ”, dijo Lisse.

Los astrónomos ya han descubierto unos 250 planetas girando alrededor de estrellas más o menos alejadas. Pero en general, salvo honrosas excepciones, se trata de gigantes gaseosos mayores a Júpiter. El nuevo hallazgo aumenta la confianza de los astrónomos en que existan muchos planetas habitables en nuestra galaxia.

Escrito por Ariel Palazzesi

Leave a Reply