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¿Por qué los ordenadores viejos tenían cerraduras?

Seguridad tradicional en épocas más sencillas

Los ordenadores antiguos estaban llenos de pequeños detalles muy peculiares, y que en algunos casos eran exclusivos del fabricante: El reloj LED que enseñaba la frecuencia, el botón «Turbo», las teclas especiales, y por supuesto, la cerradura. ¿Por qué era una buena idea poner cerraduras en los sistemas de antaño? Dependiendo de la aplicación, se buscaba impedir el ingreso de comandos, bloquear el acceso al interior de la PC, o evitar su encendido fuera de horario.

Si has llegado a utilizar un ordenador de la «era pre-Windows 95», es probable que recuerdes algunas características de su carcasa. Una de las más llamativas era el botón Turbo. Muchos programas dependían de la frecuencia del CPU para su timing, y a medida que el hardware ganó velocidad, pasaron a funcionar demasiado rápido. «Desactivar el Turbo» ayudaba a esos programas a recuperar el timing, y todos éramos felices.

Pero después estaba esa extraña cerradura. «Keylock», indicaban ciertos modelos. El ordenador personal es una demostración contundente del avance tecnológico, y aún así, muchas unidades venían con uno de los elementos más tradicionales en materia de seguridad. ¿Por qué?

Los viejos ordenadores con cerradura

El canal de YouTube Lazy Game Reviews, dedicado a retroinformática y juegos clásicos (entre otras cosas), lo explica con precisión. La función más común de la cerradura era desactivar el teclado. Con un giro de la llave, la placa base recibía la orden de ignorar cualquier señal, y evitar así el ingreso de comandos no deseados.

Otro de sus objetivos era impedir el acceso al interior del ordenador. Anular la cerradura se limitaba a desconectar un cable con la carcasa abierta, pero muchas cerraduras combinaron ambas funciones. Ciertas cerraduras tenían la capacidad de desactivar el acceso al disco duro, o con el uso de un accesorio externo, bloquear el encendido.

Un IBM 5170. La cerradura está entre el logo y los botones de la carcasa.

El primer fabricante en instalar una cerradura con llaves tubulares fue IBM, a través de su ordenador 5170 (el clásico «IBM AT»). En agosto de 1984, el IBM 5170 costaba seis mil dólares, y los mecanismos de seguridad vía software eran nulos. No había contraseñas, ni perfiles, ni administración remota. El IBM 5150 (IBM XT) no poseía ninguna protección, por lo que el Gigante Azul lanzó una «Keylock Option», cerradura para el interruptor de encendido, que también incluía un «dummy plug» compatible con la toma de energía.

El mercado no tardó en copiar a IBM, y otras compañías adoptaron variantes más robustas, como el caso de SGI con su barra de metal. Al final, lo que «mató» a la cerradura fue la llegada de las contraseñas a nivel software (BIOS y sistema operativo), aunque los usuarios hicimos nuestra parte perdiendo llaves con extrema facilidad…

Escrito por Lisandro Pardo

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